Víctor Díaz Gonzales
Expreso, 10 de junio de 2016
El lunes cuando la diferencia entre PPK y KEIKO era 1.6 % de ventaja a favor de PPK, planteamos una proyección que indicaba que esa distancia se iba a reducir significativamente y que el voto del exterior iba a determinar la victoria del nuevo presidente. Después de esa proyección los números se empezaron reducir y PPK perdía ventaja frente a su rival Keiko.
El hecho fue que los últimos distritos que se incorporaron a la contabilidad del cómputo de la ONPE eran aquellos que pertenecían a los sectores rurales del país. El primer bajón se observa cuando incorporan el primer lote donde la brecha se reduce de 1.64 % a 1.04 % y luego baja a 0.6 %.
La explicación era sencilla, en la votación de los 117 distritos que se incorporaron en la contabilidad de la ONPE Keiko había obtenido en promedio 60 % de votación y PPK 40 %. Es decir la incorporación neta de votos a favor de este sector era de 20 % a favor de la candidata de Fuerza Popular. La proyección estimaba que Keiko superaría a nivel nacional a PPK y la victoria estaría consolidada con el voto del exterior.
Se proyectó el descenso de PPK cuando la brecha entre PPK y Keiko había pasado de 1.1 % a 1.64 %; muchos analistas hablaban de tendencias irreversibles, lo cual a la luz de los resultados la tendencia a la reducción llevó al final a que PPK gane con una mínima diferencia de dos décimas que representan solo 40 mil votos, de los cuales 5 mil provienen del exterior. El martes retroalimentando la proyección con los datos proporcionados por la ONPE ya la presidencia estaba en manos de PPK, como se informaba los avances y como las expectativas de estos estrechos resultados hacían que los dos candidatos sean prudentes en sus manifestaciones acrecentó las expectativas.
Sin embargo en el tramo final del conteo había un número significativo de actas observadas que podían inclinar la balanza y que no se podía proyectar a hacia dónde apuntaban, cerca de 50 mil votos fueron declarados nulos, muchos de ellos pertenecientes al norte del país donde Keiko había obtenido un voto muy consolidado y el otro hecho que saca de carrera a Keiko es la reducción de los votantes que en su mayoría eran de la zona rural. En la segunda vuelta el ausentismo creció 300 mil votos más respecto a la primera vuelta, esto bloqueó fundamentalmente las aspiraciones de Keiko a superar en el último tramo las dos décimas por las que el nuevo inquilino de palacio le gana a la candidata de Fuerza Popular.
En conclusión, no prever la ausencia del elector rural donde radicaba su fortaleza de 20 % de electores netos y no contar con personeros con la suficiente experiencia para garantizar que se contabilicen los votos que la favorecían. El incremento del ausentismo y del mal manejo de los personeros les significó una baja de por lo menos 60 mil votos, electores que necesitaba para estar en palacio. La campaña y contracampaña de la última semana de las elecciones es otra historia.
Lampadia