Editorial de Lampadia
Embajador brasileño no ‘lava jato’, se lava las manos
Hoy día nos hemos encontrado en el diario El Comercio con un artículo de Marcos Raposo Lopes, Embajador de Brasil en el Perú, ‘Lava Jato: una marcha por la ética’, que nos llama profundamente la atención y nos genera una indignación que queremos compartir con nuestros lectores.
Resulta que el buen señor, en vez de manifestar las disculpas del Brasil, por el ominoso plan de penetración política y económica desarrollado por los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), tal como se ha venido reclamando por parte de algunos indignados peruanos, nos dice en su artículo:
“Cuando ciertas voces opinan sobre “siniestras conspiraciones” entre un Estado, sus empresas y sus asociados en el extranjero, confundiendo, nada extraño maliciosamente, a una nación con los actos de algunas compañías privadas, es mi deber recordar que, en este caso, la mayor víctima de esta red de corrupción es mi propio país”.
Raposo Lopes es embajador de Brasil en el Perú desde octubre del 2015 y ha visto de cerca el desenvolvimiento del mayor caso de corrupción en la historia latinoamericana que nació en el gobierno de la izquierda brasileña, y ahora abarca prácticamente a toda la región, llegando a Argentina, Uruguay, Colombia, Chile y también al Perú, a lo largo de tres gobiernos, incluyendo al gobierno municipal de izquierda de Susana Villarán. Queda claro, entonces, que la mayor víctima de este destrozo no es Brasil, sino el desarrollo político y económico de toda una región.
Esperamos que el siguiente artículo del Embajador Raposo, sea de disculpas.
En Lampadia consideramos que el trabajo del juez brasileño, Sergio Moro, es vital para lograr un exitoso proceso judicial del Lava Jato, y debemos recoger de sus enseñanzas buscando una necesaria autonomía judicial, sin interferencias políticas o mediáticas, ni de los otros poderes del Estado, a los que les toca respaldar sin ambages, el proceso incoado por la justicia. Ver en Lampadia: ¡Habemus Fiscalía!
La dura realidad es que los políticos están perdiendo legitimidad. Esperamos que esta sea la oportunidad para limpiar las casas de todos los países implicados en el mayor escándalo de la historia de Latinoamérica, empezando por supuesto, por el protagonista corruptor de la izquierda de Brasil y sus soberbias empresas constructoras. Lampadia