Jorge Morelli
Expreso, 29 de mayo de 2016
Kuczynski, Vargas Llosa, Mercedes Aráoz y Avelino Guillén han vuelto en esta campaña a señalar sin ningún fundamento la supuesta desaparición de nada menos que seis mil millones de dólares durante el gobierno fujimorista. Es una falsedad monumental.
En el gobierno fujimorista 180 empresas estatales fueron privatizadas, y el Perú obtuvo por ellas 6,700 millones de dólares. Los concesionarios se comprometieron a invertir 8,000 millones de dólares adicionales en servicios que los peruanos requerían con urgencia.
El destino de los 6,700 millones fue el siguiente: 2,300 millones de dólares fueron a los programas sociales (1,200 millones de ellos específicamente a Foncodes, un programa reconocido internacionalmente por su pulcritud y eficiencia). Otros 2,300 millones fueron a las pensiones de los jubilados, a pagarle al Seguro Social la deuda que por años distintos gobiernos habían acumulado al tomar “prestados” recursos del Seguro para financiar gastos del presupuesto. Otros 1,100 millones fueron al pago de la deuda externa, para superar el aislamiento en que había quedado el Perú, sin crédito, al haber dejado de pagar por años la deuda antes incluso del famoso “perro muerto” del primer gobierno aprista. Finalmente, 1,000 millones fueron a la compra de armas después del conflicto del Cenepa, en el verano de 1995, con la mira puesta en ir a negociar desde una posición de fortaleza la indispensable paz con Ecuador, firmada en octubre de 1998.
Jorge Peschiera, ex negociador de la deuda externa del Perú, asombrado por la ligereza con que estos personajes acusan sin fundamento, ha buscado en las cuentas oficiales el destino de los recursos de la privatización y ha dado a conocer las cifras en un formidable artículo recientemente publicado por EXPRESO.
Señala Peschiera, además, la existencia de una prueba ácida, un testimonio por encima de toda sospecha. En junio de 2002 -siendo PPK ministro de Economía-, una comisión del Congreso presidida por Javier Diez Canseco -llamada Comisión Investigadora de Delitos Económicos y Financieros- examinó el tema a fondo. En su Informe Final, publicó la siguiente información del Ministerio de Economía: se destinaron 4,363 millones de dólares a financiar el Presupuesto Público a los largo de varios años sucesivos, y 2,087 millones a fondos estatales. Esto suma 6,450 millones que, más los intereses ganados y el saldo que quedó en el Fondo de Privatización, coinciden exactamente con lo que el Perú recibió por la venta de las 180 empresas estatales.
Es imposible que PPK y Aráoz, ex ministros de Economía ambos, desconozcan la realidad de estos hechos. Es por eso que nunca los denunciaron en su momento. Y es igualmente imposible que Guillén, quien fuera por entonces miembro de la fiscalía, no sepa de aquella investigación de la Comisión que no formuló jamás denuncia alguna.
Nunca desaparecieron esos seis mil millones de dólares. Como dice Peschiera en su artículo, la afirmación es falsa y quien la hace a sabiendas miente.
Lampadia