Jorge Morelli
Blog de Jorge Morelli, 20 de junio de 2016
Al parecer, el vicepresidente electo Martín Vizcarra no quiere ser premier. Lo que quiere es ser el primer titular del nuevo Ministerio de Apoyo a las Regiones.
Los gobiernos regionales y locales del Perú están preparando una llamada Primera Cumbre de Descentralización, un verdadero Inti Raymi en el Cusco a fines de mes. Allí estará PPK, quizá en calidad de virtual rehén.
La “exigencia en la cumbre” será nada menos que redistribuir los recursos del Presupuesto. Regiones y municipios van a demandar que se les transfiera la mitad -el 50 por ciento- del Presupuesto de la República. Actualmente, entre ambos controlan el 25 por ciento.
El gobernador del Cusco, quien preside también la Asociación Nacional de Gobiernos Regionales, va incluso más allá. Exige la descentralización fiscal. Es decir, que el de las regiones sea un ingreso destinado desde la fuente misma en el Fisco.
La página web Lampadia lee en todo esto un escenario deliberado de confrontación protagonizado desde el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, una “estrategia del gobierno que optaría por buscar la confrontación abierta del Ejecutivo con el Congreso” mediante una alianza con los gobiernos regionales y locales para “acorralar a la mayoría parlamentaria de Fuerza Popular”.
En una línea similar, el columnista y director de Perú 21, Juan José Garrido, repara en que la izquierda recomienda a PPK prescindir de todo entendimiento con Fuerza Popular. No es la primera vez que alguien propone a PPK una “estrategia desfujimorizada”. “De hecho, la mayoría de analistas antifujimoristas resienten la idea de algún tipo de entendimiento o encuentro entre PPK y Fuerza Popular. Para los más extremistas, sería hasta una traición a su electorado”, añade.
Aldo Mariátegui, por su parte, agrega que la izquierda es consciente de que su enemigo es el fujimorismo, el único que puede quitarle el voto del Sur. Cita a Sergio Tejada: “si queremos ser una alternativa electoral a futuro, la tarea principal es disputarle al fujimorismo su base social y articular al antifujimorismo”. A Tony Zapata: “si la izquierda quiere desarrollar sus chances, tiene que construir sus fuerzas en la base de la sociedad, donde encontrará las fuerzas del fujimorismo”. A Beto Adrianzén: “una tarea de las fuerzas progresistas es cómo recuperar políticamente estos sectores que hoy están en manos del fujimorismo”. Añade que lo del narcoestado y el montesinismo “es tan solo un eficaz e hipócrita discurso táctico”.
Cabe preguntarse si la “estrategia” en cuestión proviene realmente del gobierno de PPK o si es la que la izquierda cocina para arrinconar al débil gobierno de PPK y a las regiones.
Da lo mismo, en todo caso. Estamos avisados.
Lampadia