EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
“Dad tregua a la política
y consagraos a conocer vuestro país
y los inmensos recursos que tiene”
Antonio Raimondi
1824 – 18901
Contrario a las enseñanzas de nuestro sabio Antonio Raimondi, que hace 150 años nos pidió que no confundiéramos nuestros esfuerzos y nos concentráramos en ver nuestros recursos como mecanismo para desarrollar al país, los peruanos parecemos empeñados en cortarnos los pies y sabotear nuestro gran potencial de desarrollo.
Es cierto que este no es el sentir general, pero sí es el de buena parte de la clase política y de los despistados medios de comunicación que han abandonado la formación de ciudadanos informados por el vil negocio del rating.
Como decía Napoleón: “Diez personas que hablan, hacen más ruido que diez mil que callan”.
Veamos un poco de información sobre el sentir ciudadano: “Ocho de cada diez peruanos cree que la minería formal es el motor económico que necesita la reactivación” (IPSOS, última encuesta nacional), según nos recuerda Rolando Arellano en su presentación: Cómo perciben los peruanos al sector empresarial.
Pero como hemos podido presenciar en los comentarios de varios congresistas a raíz de la presentación del Primer Ministro Cateriano en el Congreso, y posteriormente en el rebote mediático, la sola explicación de Cateriano sobre la necesidad de desarrollar la minería formal, y la inconsecuencia sobre el daño que produce la minería ilegal, desató una reacción negativa, que entre otros temas, explicaría el voto en contra de la ratificación del gabinete Cateriano.
La verdad es que el Perú tiene muchos recursos naturales como para poder emprender una gesta de desarrollo y ambicionar al bienestar general. Tenemos un gran potencial para el desarrollo de la minería, las agroexportaciones, la pesca, forestería, fuentes de energía, etc., etc.
De entre estos sectores, el que más potencial tiene para activarse rápidamente y generar una gran riqueza, es el sector minero, que tiene más de US$ 50,000 millones de inversiones potenciales, que podrían asegurar un ritmo de crecimiento muy importante por los próximos 10 años.
La minería moderna y formal, en contra de los gritos de los anti mineros pos-extractivistas, sabe cuidar el medio ambiente, y desarrollar buenas relaciones con las comunidades de su entorno.
Su potencial aporte es tan grande, justamente porque tiene un altísimo valor agregado. Según el IPE, la minería tiene un Valor Agregado Bruto (VAB) de 69%, expresado en remuneraciones, rentas de terceros e impuestos; mientras el sector industrial no alcanza el 40%.
Veamos, por ejemplo, ¿cuanto de nuestras exportaciones queda en el Perú?:
- Polo de algodón: se vende a US$ 80 en Miami. Nos deja: 10%
- Una palta: se vende a 2.5 libras en Londres. Nos deja: 60%
- Concentrados de cobre vendidos en China. Nos deja: 86%
Dada esta realidad es que tenemos la gran oportunidad de generar riqueza en forma importante y bastante rápido, ya que tenemos varios proyectos que están a ‘punto de caramelo’, como Tía María, Conga, y varios más.
Lo que es más, hoy día, y por el futuro mediato, se estima que seguiremos teniendo buenos precios de los minerales. El cobre ha vuelto a superar los US$ 2.90 por libra, la plata US$ 24 la onza y el oro ha batido record superando los US$ 2,000 por onza, y ya se habla de la posibilidad de ver un precio de US$ 3,000 la onza.
No se puede negar que una minería bien manejada en términos ambientales y sociales, puede transformar el país para bajar la pobreza, la desigualdad, y generar recursos fiscales para mejorar la salud, la educación y las infraestructuras. Además de multiplicarse con encadenamientos productivos en otros sectores.
En resumen, se puede decir que el Perú tiene la capacidad de salir de pobres si permitimos el crecimiento de la inversión privada, especialmente en minería. Tener la capacidad de lograrlo y no hacerlo, es un crimen, una inmoralidad, que debe ser enrostrada a quienes pretenden frustrarla.
No nos dejemos llevar por esas minorías gritonas, interesadas en su futuro político, que le dan las espaldas a los pobres que dicen defender. Lampadia
1 Giovanni Antonio Raimondi dell’Acqua (Milán, Italia; 19 de septiembre de 1824m – San Pedro de Lloc, Perú; 26 de octubre de 1890) fue un prominente investigador, naturalista, geógrafo, explorador, escritor y catedrático italiano naturalizado peruano, su especialidad consistió en un profundo y esmerado estudio de la fauna, la flora y la geología peruanas. Radicando en Perú, fue catedrático de la Universidad de San Marcos en Lima. (Wikipedia).