El pasado 5 de mayo publicamos la parte (I) de este importante tema, sobre la base del informe de The Economist del 29 de marzo pasado. (Ver en Lampadia: Desarrollo: ¿169 mandamientos? (I))
En él indicamos que el mundo estabaa punto de perder un conjunto sensato de objetivos de desarrollo, en manos de la burocracia de la ONU.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son los sucesores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), estos tenían 21 sub-metas con un historial decente. Algunos (como la reducción de la mortalidad materna e infantil) no se podrán alcanzar. Pero otros, como reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la pobreza extrema, ya se han logrado.
En este momento, para los nuevos objetivos hay 169 metas propuestas, agrupadas en 17 categorías.
Los países en desarrollo parecen pensar que mientras más objetivos tengan, más dinero recibirán. Se equivocan.Lo que estosignifica que no hay un buen manejo de prioridades.
En setiembre deben aprobarse los ODS, según The Economist, la lista debería honrar a Moisés [con sus 10 Mandamientos] y ser podada y dirigida directamente a reducir la pobreza, impulsar la educación (por ejemplo, extender la educación de las niñas en dos años) y mejorar la salud (por ejemplo reduciendo a la mitad la tasa de infección de malaria).
El número de ODS refleja lo que ocurre cuando un proceso burocrático está fuera de control.
Lo mismo afirmó recientemente un panel internacional de expertos compuesto por dos premios Nobel de economía, el presidente del Consenso de Copenhague y un profesor estadounidense. Las opiniones de este panel fueron reproducidas por El Comercio y están glosadas más abajo.
Ellos afirmaron que si la ONU se centrase en objetivos mundiales para 2030, como cortar la desnutrición infantil oeliminar gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles, le obtendría una mejor relación calidad-precio que una lista tan larga y diversa, como la que se postula.
Este importante grupo de expertos estima que las mejores 19 políticas producirían entre US$ 20 a US$ 40 en beneficios por cada dólar gastado, en vez deque se logren menos de US$ 10 en promediopara el total de las 169 metas propuestas.
El panel basó sus conclusiones en documentos de investigación realizados por 82 economistas del Centro del Consenso de Copenhague durante los últimos 18 meses, tratando de evaluar costos vs beneficios.
Si realmente se quiere lograr una verdadera mejoría en el mundo global, es mejor tener metas claras y realistas.
Objetivos de desarrollo inteligentes
Por:
- Finn Kydland, Premio Nobel y Profesor de la Universidad de California
- Bjorn Lomborg, Presidente del Copenhagen Consensus Center
- Tom Schelling, premio Nobel y Profesor de la Universidad de Maryland
- Nancy Stokey, Profesora de la Universidad de Chicago
Publicado por El Comercio, 11 de mayo 2015 y glosado por Lampadia
(…) Hemos seleccionado los 19 objetivos que nosotros esperamos que produzcan los mayores beneficios. Ser inteligente acerca del gasto podría ser mejor que duplicar o cuadruplicar el presupuesto de ayuda.
(…) Consideremos un par de objetivos que ayudan a las personas directamente a través de beneficios para la salud.
(…) Reducir la malnutrición infantil es otro excelente objetivo.
(…) Los gobiernos de todo el mundo aún subsidian el uso de combustibles fósiles. Cortar estos subsidios reduciría la contaminación y liberaría recursos para inversiones en salud, educación e infraestructura.
(…) Quizás el problema más importante y amplio que enfrenta el mundo es la pobreza, que aún aflige a miles de millones de personas.
(…) Una mejor nutrición y mejores escuelas ayudan a aliviar la pobreza.
(…) Hay otro objetivo que promete ser aún más eficaz: la reducción de barreras al comercio internacional. El comercio produce beneficios inmediatos mediante la apertura de los mercados, pero también facilita el flujo de ideas y tecnologías, produciendo aún mayores beneficios sobre un horizonte más amplio.
La elección de buenos objetivos aumentará enormemente los beneficios para las personas de todo el mundo, así como para las generaciones venideras. Los gobiernos deberían renunciar a la gratificación instantánea de prometer todo a todos, y en lugar de eso centrarse en elegir objetivos de desarrollo inteligentes.
Con este segundo artículo al respecto de los ODS, creemos que hemos cubierto adecuadamente el tema, pues, dos instancias muy prestigiosas como The Economist y el grupo de expertos alrededor del Copenhagen Consensus Center, están haciendo advertencias oportunas y sensatas que le dan al Perú la oportunidad de asumir una posición internacional de liderazgo en un tema más importante de lo que parece a simple vista. Lo único que lograría la fijación de objetivos desproporcionados es que pierdan valor y vigencia.
Tomemos entonces la bandera de la sensatez y pongamos al Perú en el sitial de liderazgo que ya ocupamos en la ONU con Don Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco. Estudiemos el tema, y en este setiembre próximo, encarguemos nuestra representación a buenos delegados y demos la lucha por evitar un despropósito. Lampadia