Chara Camprubi
Desde España
Para Lampadia
El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, podrá recibir el 2021 brindando con champagne porque habrá conseguido que se aprobaran los presupuestos generales del Estado por una amplia mayoría. Once partidos que representan el 54% del Parlamento los votaron. Sin presupuestos, el gobierno se hubiera ido a pique. Con presupuestos, Sánchez se ha asegurado la continuidad de la legislatura. La derecha no lo pudo hacer caer durante la pandemia y no lo podrá hacer caer ahora. El gobierno de coalición se ha consolidado en el poder y se dispone a administrar las enormes sumas de dinero que pronto empezarán a llegar a España provenientes de los planes de ayuda aprobados por la Unión Europea.
La derecha española ha hecho una lectura apocalíptica de este éxito político porque los presupuestos fueron aprobados, entre otros, con el apoyo de Esquerra Republicana (independentistas catalanes) y EH Bildu (ex etarras que, en su día, apoyaron la violencia). El Partido Popular y Vox han arremetido contra el gobierno diciendo que Sánchez busca romper España y liquidar la Constitución. También dentro del propio PSOE se alzaron voces críticas, como la de Felipe González. Sin embargo, España no podía seguir prorrogando los presupuestos de la era de Mariano Rajoy cuando tiene que hacer frente a una gravísima crisis sanitaria y económica por la pandemia. Aprobar los presupuestos era fundamental y se ha conseguido.
Pero no hay luces sin sombras. Las vicisitudes por las que está pasando la Corona y su impacto en el gobierno de coalición es indiscutible. En ese tema la coalición es un matrimonio mal avenido. El goteo de noticias relacionadas con las cuentas opacas del rey emérito, Juan Carlos I, constituye una pesadilla para Sánchez que quiere proteger a la Corona de sus detractores. El problema es que su socio de coalición, Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, aprovecha las horas bajas de la monarquía para hacer alarde de republicanismo y deslegitimar a la institución monárquica en su conjunto (en un video ha llegado a equiparar a la monarquía con el franquismo). Sánchez, por el contrario, no quiere hacer nada que debilite a la Corona y traza una línea divisoria entre el actual rey, Felipe VI, que se comporta de manera intachable, y su padre.
Pero no solo la izquierda de Pablo Iglesias crea problemas a la Corona (y por ende al gobierno). También la ultra derecha le ha dado quebraderos de cabeza al monarca ya que un grupo de militares jubilados ha osado escribirle una carta acusando al “gobierno socialcomunista” de amenazar la unidad de España. Intentar que Felipe VI rompa con su neutralidad política es hacerle un flaco favor a la monarquía. Si se tiene en cuenta que, además, se filtraron chats golpistas en los que esos militares hablaban de “alzamiento” y de “fusilar a 26 millones de españoles”, la polémica está servida. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha tenido que salir en apoyo de las Fuerzas Armadas que están en activo para desvincularlas de ese grupo de trasnochados.
Si el 2020 termina con luces y sombras, el 2021 será un año complicado para Sánchez ya que tendrá que hacer frente a varias cuestiones conflictivas, todas ellas muy delicadas y difíciles de gestionar.
Para comenzar, el 14 de febrero hay elecciones en Cataluña en la que todos los partidos políticos van a salir a medir sus fuerzas. El gobierno cruza los dedos porque sea el independentismo moderado de Esquerra Republica el que las gane y no el independentismo radical de Puigdemont. Ese parece ser el caso, pero nadie quiere aventurarse a predecir el futuro. Luego, Sánchez tendrá que reabrir la Mesa de Diálogo, que debía buscar fórmulas de acercamiento entre el Estado español y los independentistas catalanes, y que se congeló por estallido de la pandemia. También está pendiente una reforma del Código Penal que rebaje las penas del delito de sedición al que fueron condenados los líderes independentistas y se estudia un eventual indulto.
Por último, al gobierno le toca reflotar a la economía española, herida de muerte por la pandemia, cuando el coronavirus pasa por su segunda ola sin descartar una tercera. España recibirá de la Unión Europea, durante los próximos seis años, 140,000 millones de euros. Habrá un aumento récord del gasto público para impulsar la recuperación económica y volver al nivel del PIB previo a la pandemia. El FMI aboga por dicho aumento y el Banco Central Europeo facilita el endeudamiento a muy bajo coste. El gasto social también se dispara siendo las pensiones y el desempleo las partidas que más crecen. Empieza una lucha de titanes por salir a flote y modernizar España con la ayuda del Plan de Recuperación Europeo. Esperemos que tenga éxito. Lampadia