Por: Camila Bozzo
Perú21, 4 de agosto de 2021
El gobierno no ha esperado siquiera a afianzarse en el poder para echar a andar la maquinaria clientelista con la que buscará procurarse adeptos. La designación de ministros y funcionarios de distinto rango con serios cuestionamientos y sin idoneidad para el cargo, pero cercanos a la coalición de gobierno, es solo la antesala del clientelismo patrimonial, principalmente en regiones, que está por venir. Se avizora un festín de obras, prebendas y, a la postre, de corrupción desenfrenada.
El gobierno tampoco ha esperado para empoderar a las rondas campesinas (Bellido llegó el lunes a Colquemarca custodiado por ronderos en vez de oficiales de Seguridad del Estado) en lo que es la antesala de su inclusión en el sistema nacional de seguridad con el fin de instrumentalizarlas a favor del poder y de crear una seguridad paralela.
Pero sus planes de emprender una revolución autoritaria y controlista se verán acotados si es que no redactan una Constitución a la medida. Por eso la bandera de la Constituyente es innegociable. Y como, previsiblemente, su proyecto para modificar el artículo 206 de la Constitución será descartado por el Congreso, todo indica que buscarán ir al choque con el afán de disolverlo. Cerrón ya lo anunció: “la tercera vía” es que se haga cuestión de confianza dos veces para lograr la disolución congresal.
Frente a esta declarada afrenta a la institucionalidad democrática, el Congreso debe responder con las herramientas que la Constitución le da. La citación, interpelación y censura de ministros cuestionados debería ser el primer paso y, de alcanzarse los consensos, debería acompañarse de la modificación de la figura de la cuestión de confianza para así reducir la vulnerabilidad del Congreso. Y si Castillo persiste en el camino de la radicalización autoritaria, la vacancia debería ser la salida. No hay tiempo que perder; este gobierno viene demostrando sus pretensiones antidemocráticas y, una vez afianzado en el poder, se servirá de él para avasallar a sus adversarios.