Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia
En política las etiquetas ¨Derecha¨ e ¨Izquierda¨ son muy antiguas y se originaron en Francia en 1789, en la Asamblea Constituyente luego de la revolución. En dicho foro los diputados a favor del veto real (en su mayoría la aristocracia y el clero) se sentaban a la derecha del presidente de la asamblea y los contrarios al veto (que se autodenominaban patriotas) a la izquierda.
Según el director de la revista Le Débat, el filosofo francés Marcel Gauchet, el verdadero nacimiento de la dicotomía derecha-izquierda en la política data del periodo de la Restauración (1814-1830), dónde a un lado estaban los realistas y los contra-revolucionarios (la derecha) y del otro los liberales herederos de la revolución y partidarios de la monarquía constitucional (la izquierda). Entre estos extremos (el centro) se ubicó una pequeña minoría integrada por los constitucionalistas y los independientes.
Esta dicotomía política se extendió por toda Europa y luego a América a partir de 1830.
En general y hasta muy avanzado el siglo XX, la derecha ha representado a los que sostienen que determinados órdenes sociales son necesarios y se apoyan en el derecho natural y la tradición. En el frente económico la derecha enfatiza el libre mercado por encima del intervencionismo estatal, la propiedad privada y la generación de riqueza a través de la libre competencia.
La izquierda por su parte agrupa a los que defienden la igualdad social en contraposición a las jerarquías entre individuos y en el frente económico privilegian al estatismo y a la propiedad social frente a la propiedad privada. La primera vez que se utilizó ¨la izquierda¨ fue para referirse al republicanismo durante la revolución francesa y al liberalismo clásico. Después se utilizó para referirse al socialismo, al comunismo, a la socialdemocracia y a varias formas de anarquismo.
Desde mediados del siglo XIX y en la mayor parte del siglo XX tanto la derecha, como la izquierda trataron de implantar sus respectivos sistemas en el mundo. Mientras que el bloque de Europa Occidental y USA eran los promotores de la derecha y su sistema económico capitalista de libre mercado, Rusia y China eran los líderes de la corriente de izquierda, con sus sistemas socialismo y comunismo.
En 1989 tras la caída del muro de Berlín, se confirmó la derrota y el fracaso del sistema socialista y se inició un periodo de economía de libre mercado en la mayor parte del planeta, lo que generó crecimiento económico, desarrollo y disminución de la pobreza en la gran mayoría de los países que adoptaron este sistema.
Los países Latinoamericanos siempre han sido ¨caldo de cultivo¨ para las causas de la izquierda. Esto debido al alto nivel de pobreza, así como la importante brecha entre los ricos y pobres del país. En las décadas de los 70s y 80s, Latino América estuvo fuertemente amenazada por grupos y movimientos revolucionarios de izquierda, que intentaron tomar los gobiernos por la fuerza. Argentina, Uruguay, Colombia, Chile y Perú sufrieron mucho por este tema. En el Perú el terrorismo originó mas de 70,000 muertes generadas por los sanguinarios grupos terroristas de izquierda Sendero Luminoso y MRTA.
Al igual que la caída del muro de Berlín significó la derrota del socialismo y del comunismo en el mundo en 1989, la captura de Abimael Guzmán y la cúpula de Sendero Luminoso en 1992 significó la derrota del terrorismo de la izquierda comunista en el Perú. A partir de esos eventos la izquierda sufrió un gran deterioro por lo que tuvo que retroceder, esconderse y replantear sus estrategias. Rusia y China los promotores del socialismo y comunismo (la izquierda), también tuvieron que reinventarse y ahora ambos mantienen un sistema mixto con economías capitalistas, pero con control estatal.
Las ideologías de izquierda no solo fueron derrotadas, sino que no tuvieron un solo caso exitoso y por lo tanto nada positivo que mostrarle al mundo. En nuestra región, los casos de Cuba y recientemente Venezuela, no solo son ejemplos vivientes del fracaso, al exhibir una gran pobreza y caos económico, sino que también han revelado una corrupción a gran escala que ha enriquecido desmesuradamente a los líderes de las revoluciones y a sus familiares y amigos.
El Perú no fue ajeno al éxito de la economía de libre mercado ya que, después de casi 25 años de crisis social y económica en las décadas de los 70s y 80s y luego de la derrota del terrorismo, consiguió estabilizarse y vivió un periodo de franco crecimiento, desarrollo y modernización por mas de 20 años.
- En ese periodo se logró incrementar el PBI per cápita de US$ 1,000 a mas de US$ 7,000.
- Las exportaciones crecieron de US$ 3,500 millones a US$ 47,700 millones y conseguimos los mejores indicadores de solidez macroeconómica de la región.
- En el frente social, el índice de pobreza se redujo drásticamente de 60% a 20%.
- Además, la pujante clase media conformada principalmente por millones de emprendedores mini capitalistas, se duplicó y se convirtió en el principal motor de la economía.
Todo este éxito, que sería muy mezquino desconocer, fue basado en la economía de libre mercado.
Sin embargo, cuando todo va muy bien nadie se preocupa por hacer mantenimiento, ni ajustes para adecuar los sistemas a los nuevos tiempos. ¿Si no está roto para qué arreglarlo? Esto ha sucedido con el sistema capitalista en el mundo incluyendo al Perú. No se le ha dado mantenimiento al sistema, ni se le ha ido adecuando a los tiempos en que vivimos. No se le ha socializado. Nos ¨hemos dormido en nuestros laureles¨.
De esto se dio cuenta la izquierda y con métodos renovados comenzaron a introducir nuevamente su ideología fracasada. Lo diferente es que esta vez han dejado de lado la violencia y la han cambiado por una sistemática penetración a la educación, así como a los medios de comunicación periodísticos y a las protestas callejeras, aprovechándose del descontento ciudadano por el desgaste del sistema político y económico actual.
Además, se han aprovechado de la crisis ocasionada por la pandemia que aqueja a todo el mundo para acelerar su proceso de crear el caos. En Latinoamérica, los casos de Argentina, México, Chile, Colombia y Perú son claros ejemplos de esto.
Dado que ahora se conoce esta situación, no se puede perder tiempo y se debe revisar y ajustar el modelo de libre mercado a nivel mundial. Todavía estamos a tiempo. Tal como comentó el presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab en la CADE Ejecutiva Virtual, no debemos pensar solo en el capital financiero, sino también en el natural, el social y el humano. El reconoce que el sistema capitalista ha sido muy exitoso en lograr que los países como el Perú tengan un gran desarrollo y logren reducir la pobreza, pero sostiene que aún enfrentan retos que tienen que abordar como la inclusión y la sostenibilidad.
Lo que queda bastante claro es que los términos ¨derecha¨ e ¨izquierda¨ ya están totalmente desgastados y obsoletos. También es claro que el sistema socialista fracasó y no tiene ningún ejemplo exitoso que mostrar, por lo cual sería inútil tratar de revivirlo. Por último, también queda claro que el sistema capitalista de libre mercado ha tenido mucho éxito, pero ha tenido algunas falencias sociales y de gobernanza que tiene que abordar. Iniciativas como Capitalismo Consciente, ESG (Environment-Social-Governace) entre otros esfuerzos, deben ser activados rápidamente por los gobiernos y también por las empresas privadas.
En una reciente encuesta de IPSOS (septiembre 2020), solo el 22% de los peruanos encuestados se auto definía como de izquierda (10%) o de derecha (12%). La gran mayoría (el 78%) se definía de centro. Es decir que concuerdan con ciertas cosas de la derecha y ciertas otras de la izquierda. Otro tema interesante que se encontró en este estudio es que la mayoría de los electores no conoce los conceptos de izquierda y derecha y entre los que lo conocen, existe mucha confusión.
Por eso creo que es el momento de dejar de pensar en estas etiquetas y pensar en temas y en soluciones reales que enfoquen en el ¨bienestar de los peruanos y el progreso del Perú¨. Hay que tomar las buenas ideas que le sirvan al Perú. Hay que informarnos y saber que candidatos nos dan confianza que promoverán estas soluciones. No nos dejemos llevar por ideologías obsoletas, ni por demagogias, ni por populismo barato, que solo les sirve a los malos candidatos para ser elegidos y posteriormente dar rienda suelta a sus objetivos personales.
¨NO VOTEMOS POR LA DERECHA NI POR LA IZQUIERDA, VOTEMOS POR EL PERÚ¨ Lampadia