Por: Nelson Shack
Perú21, 2 de junio de 2021
Durante el primer año de la pandemia, la Contraloría aplicó el control concurrente al proceso de adquisición de más de un millón de tabletas y accesorios dirigidos a escolares y maestros de colegios públicos, para lo cual se asignó cerca de mil millones de soles, siendo uno de los desembolsos más importantes.
En este proceso, el control concurrente alertó situaciones de riesgo que no fueron atendidas oportunamente por las autoridades responsables. Al final, el proceso tuvo que ser cancelado tras verificarse uno de los riesgos alertados sobre la incapacidad financiera del postor ganador. El Estado convocó a otro proceso y las tabletas se compraron pagando a otros proveedores un 40% menos que el previsto inicialmente. El control cumplió, pero el beneficio pudo ser mayor si se tomaban en cuenta oportunamente las advertencias hechas por la Contraloría.
Este nuevo modelo de control tiene un enfoque preventivo porque permite el acompañamiento multidisciplinario, oportuno y rápido durante la contratación de un bien, servicio u obra pública, con el fin de alertar sobre los riesgos y situaciones adversas, con el propósito de adoptar medidas correctivas y preventivas.
El modelo contempla, sobre la base de un enfoque de gestión de riesgos, la identificación de los momentos en los cuales hay mayor probabilidad de inconducta funcional y corrupción. La aplicación del control concurrente implica la realización de informes secuenciales sobre distintas etapas, que permiten informar a la ciudadanía a través de la publicación de estos documentos en el portal institucional.
Otro beneficio significativo del modelo es que contribuye a que las obras se hagan y terminen a menores costos. Por cada sol que se invierte en el control concurrente en obras, el Estado ahorra S/6 como mínimo, es decir, una tasa de rendimiento del 500%. Para el caso de los 721 proyectos y actividades de la Reconstrucción con Cambios sometidas al control concurrente, la Contraloría invirtió más de S/79 millones en el periodo 2017-2020, generando 1,925 informes de control, conllevando al ahorro en penalidades aplicadas, en ampliaciones de plazo no autorizadas, en valorizaciones no sobrepagadas y demás por la suma de 485 millones, o sea, una relación de 1 a 6.
Por ello, resulta fundamental la expansión del control concurrente a nivel nacional, asegurando su financiamiento hasta por el 2% del valor de la materia a examinar, a fin de dar cobertura a las principales obras y contrataciones de bienes y servicios.
Ciertamente, en comparación con el tradicional control posterior, valioso mecanismo, pero más oneroso porque significa costos para perseguir y procesar a los responsables de actos de corrupción y para recuperar los montos de perjuicio al Estado, el control concurrente resulta mucho más conveniente y beneficioso no solo en términos económicos, sino también en términos de la mejora de la calidad de vida de la población.