Carlos Milla Vidal, Cusco
Hacen ya muchos años, en mis clases de Historia aprendí que la política se movía entre dos paradigmas opuestos:
- Mientras que en occidente Macchiavelo acuño el principio DIVIDIR PARA REINAR.
- En los Andes del siglo 14. El proyecto político del tawantinsuyo de Pachakuteq Inka Yupanqui, proponía otra estrategia de unidad territorial, que se resume en la afirmación: UNIR PARA GOBERNAR
Esta reflexión vino a mi mente, cuando veía atónito lo que sucede en nuestro país, en estos momentos pre- electorales, y justamente el día antes del debate:
LOS RESULTADOS DE LA PRIMERA VUELTA
El 11 de Abril, y “pasado el susto”, por lo que hubiera significado retroceder lo avanzado de ganar la propuesta antisistema de la “reagrupada” izquierda que en vez de “aggiornarse” como hubiera deseado del país, sólo se amontonó detrás de un “rostro fresco”, con los mismos argumentos radicales, y las utopías autodestructivas. Los Peruanos que respirábamos aliviados, tuvimos pocas horas de reposo.
Empezamos a ver cómo, los dos candidatos que pasarían a la segunda vuelta empezaron a atacarse ferozmente, primero para encontrar diferencias en vez de centrarse en las coincidencias, y segundo para descalificarse mutuamente en un estilo que no podemos avalar, aunque muchos de nosotros tengamos una preferencia.
Al editorial de LAMPADIA “Construir sobre lo avanzado”, siguieron algunas propuestas, que fueron acaso producto de un “sueño”, pero cuyo análisis aconsejaba no sólo lo mejor para el País, sino que ponía a prueba la moral de cada uno de los candidatos.
Suscribimos desde Cusco, tres expresidentes de la Cámara de Comercio, una propuesta que nos debería llevar a evitar la “sangrienta” segunda vuelta, donde todos quedarían heridos, y construir en base a las coincidencias un gobierno de Unidad Nacional, poniendo por delante la agenda de las grandes reformas del estado para consolidar la institucionalidad, y el crecimiento económico que nos está llevando tan exitosamente a derrotar la pobreza.
Desde otra vertiente, Pedro Morillas, planteaba lo mismo, con argumentos parecidos.
La respuesta de quienes no veían los argumentos sino la remota viabilidad de lo planteado nos calificaron en las redes… alguien nos dijo “los tres mosqueteros de la democracia”, algún otro, nos calificó como “Los tres chiflados” y finalmente tuvimos el “honor” de ser mencionados por Hildebrand como “Los exitosos ganapanes, que no saben leer qué es lo que quiere el sur”.
Bueno… como habitantes del Cusco, ésta controvertida capital Histórica del Perú, creemos saber qué es lo que quiere el Sur… No quiere más Estado, quiere mejor Estado. No quiere cambio de modelo, quiere perfeccionar el modelo. Estamos hartos de las malas privatizaciones del pasado, y finalmente estamos hartos de convivir con la corrupción e ineficacia de nuestras instancias Regionales y Provinciales. Paradójicamente ésta protesta se expresa en un voto, “contra el sistema”, contra el Estado, Y es que en todo el Perú provinciano, los Gobiernos Regionales y locales ¿no son Estado… ?
El debate técnico:
Lo que vimos en el “Debate técnico” nos pareció macondiano. Todos los técnicos, parecían haber renunciado a sus propias convicciones para acusar al opositor y descalificarlo con argumentos que jamás suscribirían ellos mismos en condiciones no electorales.
Si éste es el preludio del “Gran debate de los dos candidatos”, creo que estamos en un escenario suicida para el país. Esta terrible segunda vuelta ha sacado a relucir lo peor de cada grupo en contienda, cuando esperábamos ver lo mejor… esperábamos ver virtudes propias, no defectos ajenos.
El Perú quiere otra cosa. Estamos hartos de insultos y descalificaciones, todo lo malo que podían decirse ya se dijeron, ahora, queremos ver ¡Quién es el mejor!. No queremos saber quién es menos corrupto y quien es menos vende-patria. (No suscribimos ninguna de éstas afirmaciones, pero resultaron muy efectivas para los contrincantes, que buscaban afectar las posibilidades del adversario). Este camino, ya recorrido, no nos llevarán a construir, sí nos llevará a aumentar las heridas.
El debate que queríamos escuchar
A riesgo de seguir con nuestras utopías… ¿Qué queríamos?
- Queríamos escuchar propuestas sobre las grandes reformas del Estado que nadie podrá hacerlas solo.
- Queríamos, escuchar que ambos se pusieran en el escenario (no deseado por ellos desde luego) que no ganaran las elecciones, y que comprometan su apoyo en los grandes temas Nacionales al adversario.
- Queríamos escuchar algún gesto que nos haga intuir el talante moral, y cómo entienden ambos candidatos, la responsabilidad que significa GOBERNAR, es decir tomar decisiones que afectarán para bien o para mal, la vida de millones de personas.
Nada de esto ocurrió:
Predominaron los ataques personales, algunos de los cuales reiterativos, que buscaban dejar en el imaginario colectivo más dudas, sobre la moral de los candidatos, con argumentos justificados o no. Realmente una gran pérdida para el país.
Ha quedado claro que los dos candidatos, quieren alejarse de “los empresarios” a quienes se les achaca estar “de espaldas al pueblo”… ¿no era ese un argumento populista de la izquierda?
Cierro mi reflexión, con una gran desazón, porque aparentemente, el único camino posible para un futuro mejor, es decir UNIR PARA GOBERNAR, está muy lejos de suceder… por lo menos por ahora!!!
Cusco, 22 de Mayo del 2016
Lampadia