La reciente captura de 24 dirigentes del denominado Movadef, brazo “legal” de Sendero Luminoso, es a todas luces una acción encomiable. Tras una paciente operación de inteligencia se ha podido determinar que esta organización era financiada por las columnas subversivas que dirigía Artemio en El Huallaga, las cuales, a la vez, obtenía recursos del narcotráfico. De esta forma se ha buscado neutralizar posibles acciones que dañen a la sociedad. Con este tipo de operativos, los Estados democráticos se defienden de posibles amenazas.
Felicitamos al Gobierno y a todos los involucrados en la operación por este logro.
Durante largo tiempo se ha tratado de imponer la idea de que los regímenes democráticos son débiles e incapaces de enfrentar las amenazas (internas y/o externas) exitosamente. Habría que recordar que los grandes vencedores de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría fueron las democracias occidentales y no las autocracias criminales facistas y comunistas, respectivamente. Que las democracias respeten determinados principios (los derechos humanos) e impongan el estado de derecho, no las convierte en presas de la anarquía ni de las posturas violentas. Cuando son administradas correctamente tiene sus mecanismos de defensa poderosos, y deben ser usados.
Es cierto, que cuando los gobernantes o sus instituciones no funcionan correctamente pueden ser vulnerables a los ataques de grupúsculos involucrados en la lucha. Ejemplos, existen muchos en la historia del siglo XX. En una columna reciente, Martín Tanaka, recordaba el término de “democracia boba”. “El Perú de los 80, caía en esta definición. “Un problema muy serio que dificultaba el combate a la subversión de Sendero Luminoso y del MRTA era la llamada “coladera”; muchos terroristas detenidos eran liberados u obtenían condenas benignas por errores procesales, por ingenuidad de los jueces, o porque eran víctimas de amenazas o cómplices de sobornos. Al mismo tiempo, la administración penitenciaria permitió que los penales se convirtieran en escuelas de adoctrinamiento. Se hablaba en ese momento de una democracia boba, de cuya tontería se aprovechan quienes querían destruirla, utilizando y desnaturalizando sus propias reglas y recursos. La democracia boba termina alentando su destrucción: si la democracia no funciona, se requieren salidas autoritarias. Frente a ello, de lo que se trata es de tener una reacción dentro de la democracia: o demuestra que puede ser eficaz, o sucumbe”, señalaba el analista.
Queda claro, que con la desarticulación del Movadef, el Gobierno ha mandado un mensaje claro: no se permitirá un nuevo rebrote terrorista. De esta forma, se afirma también que nuestra democracia, no cometerá los mismos errores que la de los 80. Aunque no debería llamarnos la atención, que se han alzado algunas voces de protesta desde la izquierda tradicional, como la de Carlos Tapia que para defenderlos critica el operativo, pues considera que así se le está haciendo un favor a Sendero, “hace 21 años que este sendero nuevo, el del Movadef, no mata a nadie.” Un absurdo, pues la policía ha demostrado que estaban vinculados a Artemio, que si asesinaba.Asimismo, Fernando Rospigliosi, un ex izquierdista, señala que este operativo es una simple distracción política.
Lo cierto es que, como el propio Tapia sostiene, Sendero no ha renunciado al “Pensamiento Gonzalo” (Deben correr ríos de sangre para purificar el país antes de reconstruirlo). Una ideología asesina que propugna la destrucción del Estado y la implantación de un régimen polpotiano o maoísta. Ni los miembros, ni los dirigentes de esta banda han renunciado a la lucha armada y, mucho menos, han realizado un acto de constricción ni ha pedido perdón por las matanzas de campesinos, civiles y miembros de las Fuerzas del Orden. El Movadef, además ha demostrado una capacidad de organización enorme. Recolectaron cerca de 370 mil firmas e informaron que contaban con 68 comités, cada uno de por lo menos 50 miembros, para inscribirse como partido político.
Ante esta peligrosa situación, las palabras de Mirko Lauer, son certeras: “Hay quienes intentan convencernos de que todo esto no pasa de ser parte del paisaje. Pero incluso gente ubicada muy a la izquierda, como dirigentes del Sutep, advierten que SL es una peligrosa piedra en el zapato para su organización. [A pesar de que ellos mismos, mantienen la lucha de clases en su estatuto revisado en el nuevo siglo]. Ellos por lo menos no caen en una actitud estulta en la que se plantea que antes el Movadef que Humala”. Ante esta peligrosa banda todo el peso de la Ley, sin mayor discusión. Para seguir en la senda del desarrollo, no podemos ser una democracia boba y se debe actuar enérgicamente contra cualquier amenaza a nuestra estabilidad y seguridad.