Carlos Milla Vidal
Cusco
Para Lampadia
Los peruanos, aún no salimos del estupor que nos causó la muerte (por mano propia) del Ex Presidente Alan García. Una decisión, a todas luces extrema y dramática que parece fatídicamente sólo un adelanto de lo que está pasando con las fuerzas auto-destructivas que se enseñorean en toda la sociedad peruana.
Nos preguntamos atónitos… ¿Qué puede pasar por la mente de un suicida? ¿Por qué renunciar al máximo don que nos ha dado la creación… la vida?
¿Por qué en esos segundos fatídicos deciden los suicidas, que nada tiene sentido y deben poner fin a su existencia?
Pero hay algo que es muchísimo peor… Cuando la insania colectiva se apodera de las mentes de los protagonistas y optan por una “muerte ritual” como la protagonizada por el pastor Jim Jones en Guyana con más de 900 suicidios en un solo acto en 1978.
En las siguientes líneas, voy a plantear una reflexión, indispensable para todos los peruanos que amamos la Vida, y creemos que el nuestro “Es un país infinito”. Una reflexión que pretende alejarnos de todo intento auto destructivo en el que aparentemente están inmersos, los poderes del Estado y también la sociedad peruana (alentada irresponsablemente por alguna prensa).
INNECESARIAS CONFRONTACIONES EJECUTIVO-LEGISLATIVO
En 2016, los resultados de las elecciones dieron un mandato claro y meridiano: 80% del país deseaba seguir con un sistema económico de libre mercado, contra sólo un 20% que proponía una Economía controlada desde el Estado.
El pueblo había dado el control del Congreso a Fuerza Popular, y el ejecutivo a la alianza detrás del Señor Kuczynski. Era natural e indispensable que, acatando el mandato de las urnas, ambos partidos, se pongan de acuerdo.
La Tarea era una sola: Luego de un periodo de crecimiento de la Economía, y cuando veíamos complacidos que la pobreza había retrocedido en 30 puntos, cuando después de la desaceleración de la Economía durante el quinquenio Humala, todas eran oportunidades, no sólo para seguir creciendo. Hacía falta impulsar desde ambos poderes del Estado Las reformas de segunda generación, sobre las cuales no había duda alguna: Reforma del Poder Judicial, Ley de partidos, (incluidas democracia interna, y financiamiento transparente Bicameralidad). Todos estos temas estaban presentes en los círculos políticos, académicos y empresariales durante los primeros meses de Gobierno.
Estas reformas, oportunamente consensuadas, hubieran servido por dar fundamento a la estructura de una REPUBLICA, para iniciar el Bicentenario. Y, a decir de los Economistas, trabajar en la institucionalidad, fortalece cualquier desarrollo Económico y Social, y nos aleja de la “Trampa de los ingresos medios”. El modelo no estaba en discusión. Pero hacía falta fortalecerlo.
¿Qué tuvimos en cambio?
- Una falta de talla moral, de los protagonistas que no entendieron que “mandatario” no es quien manda a su albedrío, sino quien recibe un mandato.
- Una falta de visión de la responsabilidad de gobernar, pues quienes ejercen poder tienen por obligación buscar cual es el bien mayor, en cada uno de sus actos. Este concepto es un simple ejercicio ético, que nos da superioridad moral. y eso es muy diferente que complacer a las mayorías.
- La arrogancia se apoderó de las personalidades de quienes nos gobernaban, nos aleja de los principios y nos enfoca en lo accesorio.
- Una virulenta e irracional violencia que se tradujo en trabar cualquier iniciativa del ejecutivo, paralización de proyectos, bajo “las banderas de la moralización”.
- Ministros censurados, ingobernabilidad en el ejecutivo
- Nula producción parlamentaria.
- El ejecutivo buscó aliados entre quienes perdieron las elecciones que ahora son quienes diligentemente le ponen la agenda.
Fin del Primer Round: Resultados: Un Presidente renunciante (casi vacado) ahora con detención domiciliaria, y la lideresa del partido de mayoría congresal, recluida en prisión preventiva.
Empieza el segundo round:
El presidente Vizcarra, sucesor del renunciante Kuczynski ha tratado de gobernar, y llegar ileso al 2021. Tiene una popularidad producto de sus enfrentamientos con el congreso ¿bravatas? La popularidad suele tener picos positivos en la medida que el enfrentamiento se hace más virulento.
Indignado por la suicida actuación del congreso por el grosero blindaje que opta por no levantar la inmunidad al ex fiscal Chavarri, para que sea investigado y juzgado por los fueros respectivos muestra que algo anda muy mal entre la mayoría congresal. Y propone “cuestión de confianza”.
A decir de los constitucionalistas, el presidente con su espada justiciera desenvainada ha dado el paso que no debería… se ha pasado por encima de la carta magna, cosa que puede poner la gobernabilidad en un riesgo extremo.
Las cosas están así, la prensa rebota todo tipo de apocalípticos pronósticos. La izquierda se frota las manos, viendo su oportunidad para una “constituyente”, que pudiera echar por tierra toda la carta magna incluido el rol subsidiario del Estado. Dice su simpática vocera “Esta es una cuestión de confianza no del ejecutivo… Es el congreso que ha perdido la confianza de la población”. Votaremos por no dar la confianza para facilitar el cierre del congreso… Las calles arden… Salen pintas “Vizcarra, cierra el congreso”.
No estamos valorando lo extremo de nuestra situación como país… pues de este enfrentamiento, nada bueno puede salir… Hace pocos días Jaime Antezana especialista en Narcotráfico sostiene (aparentemente con pruebas) que 21 congresistas tienen vínculos con el Narcotráfico, y que poco harán por la gobernabilidad y el “bien mayor”. Vizcarra está decidido a seguir adelante, y sacar sus reformas “con fórceps”. ¿Podrá?
¿JUSTICIA?
La patética realidad del poder judicial donde las más altas esferas de la judicatura, quedaron al descubierto con los audios (publicados en “entregas” con una precisión de telenovela por IDL). Resultado: Todo está podrido, pero aún hay implicados con inmunidad y otros por extraditar.
Los mediáticos fiscales Vela y Pérez, y el Juez Concepción se han convertido en personajes públicos porque es evidente que actúan para las tribunas… El abuso de la prisión preventiva pone en riesgo la majestad de sus decisiones, y les baja la credibilidad, aunque les suba la popularidad. Claro… la mega-corrupción de Lava Jato, que ha alcanzado a tantos sectores de la sociedad, hace creíbles los afanes moralizadores de los paladines de la justicia. Algo se está haciendo en reconstruir el poder judicial… pero ¿esta reforma alcanza?
PRENSA
La prensa se ha convertido en el gran protagonista de toda la destrucción institucional posible. Desde el periodismo de investigación que con rigor y seriedad pretende visibilizar los terribles casos de corrupción, hasta la vocinglera Prensa que nada construye.
Y siendo que la Prensa ha adquirido por razones factuales tantísimo poder, quiero hacerles desde ésta columna dos reflexiones: Ninguna es mía, La primera es de Sócrates, el padre de la filosofía, que aconsejaba a sus discípulos que antes de decir algo sobre “la honra de alguien”, debería primero preguntarse:
- ¿Es verdad?
Si la respuesta es afirmativa, probadamente. Debía pasar por un segundo filtro:
- ¿Es útil?
Es decir… Conocer la verdad o esta parte de la verdad, ¿Va a ser de utilidad para los involucrados y la sociedad?
Si la respuesta es nuevamente afirmativa, antes de divulgar la verdad o noticia debía pasar por un tercer filtro:
- Saber la verdad ¿Va a crear buena voluntad y mejores relaciones entre la sociedad?
Entonces, sólo entonces sabrás que decir la verdad es bueno y útil…Todos nuestros periodistas debían analizar estas tres reglas antes de publicar
Finalmente, la segunda reflexión es del Papa Francisco, que en sentido teológico propone que existen cuatro pecados en la Prensa, alejarse de ellos es una lección moral que debía orientar al “cuarto poder”.
- No caer en medias verdades. La des-información hace muchísimo daño.
- Muchas veces, por razones subalternas se afecta la honra de las personas, es decir el pecado de la calumnia, de la mentira deliberada
- Aconseja Francisco nunca vulnerar el derecho a la buena reputación, (es decir la presunción de inocencia).
- Finalmente habla de la Coprofilia, es decir, la el amor por el escándalo, por lo sucio, por morboso, por lo que vende. Nunca vimos más de esto en la prensa.
Todas estas conductas del cuarto poder, son altamente peligrosas y suicidas.
¿QUE VIENE AHORA?
Estamos ante una situación extrema. Y tenemos todas las expectativas puestas en lo que el premier y sus ministros, además de los 130 congresistas puedan hacer con relación a la “cuestión de confianza”.
Solo se me ocurre, que por primera vez en mucho tiempo, les alcance una reflexión moral a los protagonistas… Es decir que empiecen a buscar entendimiento, que bajen el tono, que busquen consensos. El país depende de ellos. Habrá algunos que ojalá se impongan que pueden demostrar que tienen GRANDEZA PARA GOBERNAR. Lampadia