Hugo Santa María, Socio de Apoyo Consultoría
Gestión, 01 de febrero de 2016
Llegó febrero, mes de carnavales, San Valentín y campañas electorales. Así como cuando empiezan los carnavales sabemos que nos pueden mojar, en las campa- ñas electorales sabemos que se ofrecerá de todo. Por ejemplo, reducir los impuestos, duplicar el gasto en educación en pocos años, construir trenes bala, edificar un millón de viviendas, elevar el salario mínimo a S/ 1 500 o hacer que la economía vuelva a crecer a tasas de 6% el próximo año. Entonces, ¿cómo hacemos para filtrar las decenas de propuestas que escucharemos? A continuación propongo algunos puntos a tener en cuenta para hacer una primera evaluación de las promesas de los candidatos en materia económica.
• El próximo Gobierno no tendrá mucha plata. En el 2015, los ingresos fiscales bajaron por la caída de los precios de los metales, recortes de impuestos y el menor crecimiento económico. En su mayoría, estos cambios en el entorno económico continuarán durante los próximos años y, por lo tanto, los ingresos del gobierno se mantendrán bajos. En este contexto, si se gasta mucho más en algo, hay que gastar menos en otra cosa para evitar déficits fiscales demasiado elevados. Por eso, si un candidato ofrece hacer todas las inversiones que necesitamos y todos los aumentos de sueldos que nos gustaría tener sin decir en qué sectores cortaría el presupuesto, debemos mirarlo con desconfianza. Además, el Gobierno tendrá poco espacio para reducir impuestos, por lo que debemos desconfiar de propuestas en este sentido, a menos que creamos que esto inducirá a miles de empresas y personas a pagar algo cuando ahora no pagan nada.
• Más plata no soluciona todo. No cabe duda de que la solución de muchos problemas requiere aumentar el dinero disponible. Pero eso es solo una parte del problema. Es muy conocido cómo las diferentes instancias de Gobierno gastan tarde y mal solo fracciones de los recursos que reciben. Echar más dinero en instituciones que no funcionan no arreglará nada. Entonces, si un candidato ofrece solo más dinero como solución a las terribles deficiencias en la provisión de servicios públicos por parte de las diferentes instancias del Estado, también debe ser mirado con desconfianza.
• Las condiciones de vida de los trabajadores no mejorarán por decreto. En materia laboral, la remuneración mínima vital ocupa el centro de atención. La verdad es que aumentarla no ayudará a mejorar las condiciones de vida de la gran mayoría de trabajadores peruanos y solamente desvía el debate de los puntos esenciales de una reforma laboral que busque generar más empleo de calidad.
• Los temas que quieren evitar. Los candidatos ofrecen algunas cosas con mucha facilidad, pero también hay temas de los que prefieren no hablar. Desconfíe, por ejemplo, de candidatos que no reconocen que hay que hacer ajustes muy importantes a la descentralización que incluyan que el Gobierno central recupere el rol rector que nunca debió perder. Desconfíe de quienes prometen incrementar la fiscalización y la regulación a las empresas formales, pero no mencionan nada acerca de la lucha contra las actividades empresariales ilícitas e informales. La fiscalización es necesaria, pero no decir nada acerca de la lucha contra la minería ilegal, el contrabando, la tala ilegal y el narcotráfico debería generar sospecha. Desconfíe también de los que ofrecen reducir la “tramitología”, pero no esbozan ninguna idea respecto del cómo. Y, en general, desconfíe de los que dicen que ajustando un par de piezas y repitiendo “sí se puede” volveremos a crecer 6%.
Por último, desconfié de los candidatos que ofrecen controlar los precios de bienes y servicios básicos, renegociar acuerdos comerciales ya firmados o usar al Banco Central de Reserva para financiar el crecimiento del gasto público. Si este tipo de propuestas prosperan, nuestros hijos pagarán las consecuencias.