Mientras los países se mueven hacia la flexibilidad, nuestro país continúa en la senda de la rigidez.
Por: Jorge Toyama Miyagusuku
(El Comercio, 08 de Septiembre del 2014)
Si una empresa tuviera que decidir el país donde establecer su sede regional y contratar más trabajadores, tendría que ser un lugar donde la regulación laboral sea atractiva. Desde el punto de vista laboral, ese país no sería el nuestro.
De acuerdo con el último índice de competitividad global del World Economic Forum, estamos entre los quince países más rígidos en contratación y despido en el mundo. En concreto, de 144 países estamos en el puesto 130 mientras que Colombia (79) y Chile (66) presentan mejores índices. Inclusive, hemos retrocedido, pues en el 2011 estábamos en la posición 94 menos flexible, en el 2012 subimos al 107 y el año pasado en el 129.
Desde el 2002, la rigidez se ha ido construyendo tras una década de flexibilidad. El Tribunal Constitucional estableció la reposición; el Congreso limitó los services, restringió la tercerización y ijó normas extremas sobre seguridad y salud; el Poder Ejecutivo emitió disposiciones que extienden beneficios, reducen facultades del empleador y obligan a las empresas a ir a un arbitraje para solucionar sus diferendos con el sindicato, etc.
En un país informal, la excesiva regulación dificulta la formalización. La atención del Estado se centra en la gran empresa, que usualmente tiene sindicatos, los mejores índices de cumplimiento y sus trabajadores gozan de beneficios que pocos tienen. En este segmento, correspondería modificar las decisiones que nos vuelven muy rígidos en el mundo como la reposición y crear instituciones como el seguro de desempleo, usuales en países desarrollados.
Por otro lado, el Estado debería generar políticas que incentiven la formalización masiva y acompañen a las microempresas, un sistema de seguridad social para los independientes, fiscalizar estratégicamente a los más informales a través de SUNAFIL y educar agresivamente en las ventajas de la formalidad.
Así como hemos aprendido a ponernos en ‘automático’ el cinturón de seguridad, igualmente ‘en automático’ debemos poder reconocer las ventajas de la formalidad y la protección social.