Elmer cuba, Socio de Macroconsult
Gestión, 13 de marzo del 2019
Es el título del libro del historiador Alfonso Quiroz, muy citado por estos años en el país, sobre todo desde el estallido del caso Lava Jato en el Perú.
La corrupción política es entendida como el mal uso del poder público para obtener beneficios ilegítimos. El estudio comienza con las “reformas coloniales” (1750-1820), pasa por la “temprana república” (1821-1859), el “camino al desastre” (1860-1883), la “modernización” (1884- 1930), los “dictadores venales” (1931-1962), los “asaltos a la democracia” (1963-1989) y termina con las “conspiraciones corruptas” (1990-2000).
El libro fue terminado en el 2008 en su versión en inglés, pero publicado en español en el 2013 por el IEP y el IDL. Lamentablemente, el insigne historiador falleció en enero de ese año, antes de que en diciembre del 2016 estallara el caso Lava Jato en el Perú, luego de las multas contra Odebrecht aplicadas en Estados Unidos. Esa información comprometió a varios gobiernos desde el año 2000.
Además de llegar a establecer los casos de corrupción más notables en la historia de la República, destaca la intención del autor de estimar los costos históricos que este fenómeno ha tenido para el país. Es más, la idea es mostrar los costos como porcentaje del gasto público y del PBI.
Allí es donde el libro tiene su parte más débil, que el mismo autor reconoce como preliminar. Por supuesto que la corrupción ha dañado y daña el potencial de crecimiento de los países. Sin embargo, no es tan sencillo hacer una estimación libre de cuestionamientos.
El autor suma 5 categorías de costos de la corrupción para gran parte del periodo de estudio: malos manejos de deuda pública, corrupción de caudillos, sobornos de contratos, pérdida de rentas por contrabando y pérdida indirecta de inversión extranjera por el clima de corrupción. Los primeros 4 rubros están vinculados a las finanzas públicas: endeudamiento, gastos corrientes, de capital y evasión de impuestos.
El quinto sumando tiene que ver con la inversión extranjera que nunca se realizó por la existencia misma de la corrupción. El punto es que este sumando representa entre el 30% y el 50% de los costos totales de la corrupción en los periodos analizados desde 1820. Por otro lado, para la última década estudiada se suman las privatizaciones y al mismo tiempo es cuando menos inversión extranjera se habría realizado como porcentaje del total de costos de la corrupción. Además, se agrega al narcotráfico en la categoría de contrabando.
Hoy en día, la corrupción –entendida en un sentido más amplio– abarca no solo la apropiación del dinero público, sino el cobro ilegal por diversos comportamientos lesivos al orden legal o al bienestar general. Es decir, no solo desviaciones de los gastos corrientes (gasolina, medicamentos, armamento) o de inversión pública (concursos dirigidos, sobrevaluación de obras); sino cobros por fallos favorables a causas ilegítimas (sistema judicial); leyes que favorecen intereses mercantilistas (Congreso); pagos a la Policía o agentes de aduana para que no hagan su trabajo (vista gorda). En el caso del Poder Ejecutivo, incluye el comportamiento de los gobiernos regionales y locales.