Por: Rafael Venegas, Director independiente de empresas y senior advisor de Spencer Stuart
El Comercio, 23 de setiembre de 2019
Uno de mis ‘hobbies’ –que uso para distraerme de la absurda, vergonzosa e injusta tormenta en que vivimos y estar en algo positivo– es la lectura de temas disruptivos y avances tecnológicos. Leo de todo, pero especialmente lo relacionado a la medicina. La tecnología y la medicina han venido desarrollándose mano a mano desde hace varios años. Esto ha permitido que se hayan salvado muchas vidas y mejorado muchas otras.
Sin embargo, la tecnología, que avanza exponencialmente, se topó con el ‘establishment’ regulatorio, que no caminaba al mismo ritmo. Esto afectaba a la humanidad, ya que retrasaban las aprobaciones de nuevas tecnologías médicas que podrían haber salvado y mejorado muchas vidas. Esto felizmente parece haber mejorado últimamente, ya que los reguladores de los países más desarrollados vienen modernizando sus metodologías y haciéndolas más eficientes.
A manera de cultura general, aquí les resumo cinco grandes logros del último año en este campo, que a mi parecer son los más importantes.
Empecemos con la Impresión 3D. Lo que comenzó con aplicaciones menudas en plástico, como pequeños juguetes, modelos y pequeños repuestos, se ha convertido rápidamente en una de las tecnologías más utilizadas en medicina. Uno de los mayores usos actualmente es para imprimir implantes y prótesis humanas, incluyendo articulaciones. Las prótesis impresas en 3D son cada vez más usadas, ya que son hechas exactamente a la medida del paciente, consiguiéndose así mucho mayor movilidad y ‘confort’.
También se han comenzado a utilizar ‘materiales solubles’ para ‘imprimir’ píldoras que contienen los componentes farmacológicos, según las necesidades de cada paciente. Incluso, para la persona que requiere tomar diariamente varias píldoras diferentes, se puede generar una sola, que contenga todos los elementos que el paciente necesita y, así, concentrar todo en una sola píldora al día. Píldoras hechas a la medida de cada paciente.
En un nivel más alto, se encuentra la bioimpresión, que no es otra cosa que la impresión 3D de órganos/vísceras, a partir de tejidos humanos. Esta metodología ya viene siendo utilizada para generar células de piel, para pacientes con quemaduras graves. Recientemente, los científicos han logrado imprimir vasos sanguíneos, ovarios sintéticos y hasta un páncreas. También están –a nivel prueba– la regeneración del hígado y los riñones. Y en cuanto a temas cardíacos, se ha conseguido imprimir corazones de animales e implantarlos exitosamente. Organovo es un laboratorio estadounidense que destaca en este campo. Estos últimos avances significarían la posibilidad de imprimir diversos órganos humanos, utilizando como materia prima los propios tejidos del paciente, lo cual evitará el rechazo del sistema inmunológico, eliminando así el mayor problema que existe hoy en los trasplantes de órganos.
El segundo logro importante es el uso de inteligencia artificial (IA) y ‘big data’ para detectar el cáncer de piel. El uso de computadoras para identificar melanomas en la piel ha demostrado ser más eficaz que el diagnóstico médico. Según la revista científica Annals of Oncology, las investigaciones comprobaron que la computadora tiene un promedio de diagnóstico acertado mayor al 95%, mientras que el diagnóstico médico promedio es de alrededor del 85%. Además, como la base de este procedimiento es el uso de ‘big data’, cuanto más data real se tenga recopilada y almacenada, el resultado será cada vez más acertado, acercándose al 100%. A esto se suma que el tiempo que toma el diagnóstico con IA es mucho menor.
El tercer logro importante es el gran avance que se ha conseguido en ayudar al sistema inmunológico humano a combatir el cáncer. La inmunoterapia va en camino a convertirse en la piedra angular de la oncología, según varios estudios médicos. Y, lo más importante es que será aplicable a casi cualquier tipo de cáncer. Esta terapia utiliza al mismo sistema inmunológico del paciente, al cual le son aplicadas estimulaciones o supresiones, consiguiendo la reacción de este para combatir y destruir las células cancerosas. Casos de leucemia y linfoma han sido tratados exitosamente usando anticuerpos, que se adhieren a ciertas proteínas en las células cancerosas, logrando que el sistema inmunológico las reconozca fácilmente y las destruya.
El cuarto gran logro son los grandes avances en cirugía robótica. En este campo, hace ya más de 15 años que se utilizan robots (como el famoso Da Vinci) para cirugías difíciles o para las que requieren de muy alta precisión. La cirugía robótica, además de ser mucho menos invasiva, también aumenta la flexibilidad y el control en la operación. Lo nuevo en este frente es que se está combinando la robótica con la técnica denominada ‘realidad aumentada’. Esta es una experiencia interactiva, donde las imágenes de los objetos son aumentados por información perceptual generada por computadoras, lo que permite a los cirujanos ver en forma mucho más clara la operación que están realizando. De esta manera, el riesgo de error disminuye drásticamente. Cirugías más precisas, menos invasivas y mucho menos riesgosas.
El quinto gran avance, aparte de ser sorpresivo, demuestra que los reguladores de la salud en los Estados Unidos están haciendo esfuerzos por adecuarse al avance exponencial de la tecnología y los inventos. Recientemente se aprobó la primera medicina que contiene cannabis, un elemento activo derivado de la planta de marihuana. Actualmente en más de 30 estados de Estados Unidos está legalizado el uso de esta planta, para fines medicinales y recreativos. Esta nueva medicina se utiliza para tratar las convulsiones asociadas con dos clases de epilepsia. Este es el primer gran paso para el desarrollo y aprobación de otras medicinas basadas en cannabis, que servirán para tratar enfermedades serias como la fibrosisquística, entre otros males.
Hay muchos más extraordinarios avances en la medicina, producto del fenómeno denominado tecnología exponencial. Esto permite, a los científicos dedicados a estos temas, pronosticar que en las próximas dos décadas se conseguirán grandes cambios, por lo que se puede afirmar que la edad promedio del ser humano aumentará significativamente y con mejor calidad de vida.