“Es hora de que la región empiece a hacer lo que los países asiáticos vienen haciendo desde hace tiempo: hacer a un lado sus prejuicios ideológicos obsoletos, e insertarse en la economía global del conocimiento.”
Los economistas han estado pronosticando desde hace ya varios meses que América Latina no crecerá mucho este año, pero las nuevas proyecciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugieren que el 2015 puede ser peor de lo esperado.
Eso es una mala noticia, porque el Banco Mundial y el FMI –y en mayor medida aun la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)– suelen hacer proyecciones económicas más optimistas que los principales economistas independientes. Cuando las instituciones internacionales reducen sus pronósticos de crecimiento, es hora de preocuparse, porque puede que pronto vuelvan a revisar sus estimados hacia la baja.
Pocos días atrás, el Banco Mundial redujo su proyección de crecimiento para la región de 2,9% a 1,7%. Se espera que el FMI también haga un recorte de 2,2% a 1,5% cuando anuncie sus previsiones anuales la próxima semana.
Ambas instituciones internacionales coinciden en que la caída de los precios de las materias primas y la caída en las importaciones de China figuran entre los principales factores que causarán un bajo crecimiento en la región.
Marcelo Giugale, uno de los principales economistas del Banco Mundial, dice: “Con suerte, este será un año mediocre” para la región. El estancamiento económico de Brasil, el gigante sudamericano del que dependen las economías de varios países, será otro factor negativo para la región, agregó.
Alejandro Werner, el director del FMI para las Américas, me dijo en otra entrevista que este año será muy parecido al 2014 para la economía de América Latina. Y el 2014 ya fue el peor año para la región en 12 años, con la excepción del 2009, señaló.
América Latina crecerá a dos velocidades, dicen ambas instituciones financieras internacionales: los países importadores de petróleo en América Central y el Caribe crecerán mucho más rápido que los que exportan petróleo y otros productos básicos en Sudamérica. México, que exporta petróleo pero tiene una economía bastante diversificada, estará en un punto medio, dicen.
Entre las economías que tendrán peor desempeño en 2015 estarán Venezuela, Argentina y Brasil, los mayores exportadores de materias primas de la región.
Venezuela, que depende del petróleo para el 96% de sus exportaciones totales, tendrá un crecimiento negativo del 2% este año, según el Banco Mundial. Los bancos privados pronostican que la economía de Venezuela se desplomará a un crecimiento negativo de hasta el 4%. Venezuela tiene la tasa de inflación más alta del mundo, proyectada en 70% para el 2015.
La economía de Argentina se contraerá un 0,3% y la economía de Brasil crecerá solo 1%, según los pronósticos del Banco Mundial. Para Goldman Sachs y otras empresas privadas, Brasil crecerá apenas 0,7% o menos este año.
Entre los países de la región que les irá mejor este año están Panamá, que crecerá 6,1%, República Dominicana con 4,9%, el Perú con 4,8%, Colombia con 4,4% y México en 3,3%, según el Banco Mundial. La mayoría de estos países exportan gran parte de sus productos a Estados Unidos, la mayor economía del mundo, cuya economía se está recuperando rápidamente.
Mi opinión: América Latina debe adoptar urgentemente una nueva agenda de crecimiento. En lugar de seguir en piloto automático, dependiendo de las exportaciones de materias primas y manufacturas básicas, la región debería apostarle fuertemente a la educación de calidad, la innovación y la integración a la economía global, para vender productos más sofisticados a los mercados más grandes del mundo.
En lugar de realizar constantes cumbres presidenciales que terminan con declaraciones huecas sobre la unidad regional, los países latinoamericanos deberían juntarse para negociar acuerdos comerciales con Estados Unidos, la Unión Europea y Asia. Hoy, América Latina representa solo el 5% del comercio mundial de mercancías: si no se inserta más en la economía global, se quedará aun más atrás.
Al mismo tiempo, América Latina debe mejorar sus bajos estándares de educación e innovación. Hoy en día, los países de la región están en los últimos puestos de las pruebas internacionales PISA que miden el desempeño académico de estudiantes de 15 años. Y todos los países de América Latina juntos registran apenas 10% de las patentes de nuevas invenciones que registra un solo país asiático –Corea del Sur– ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
Es hora de que la región empiece a hacer lo que los países asiáticos vienen haciendo desde hace tiempo: hacer a un lado sus prejuicios ideológicos obsoletos, e insertarse en la economía global del conocimiento.