Un mensaje para nuestros queridos jóvenes
Por Michel Hoffmann Ibáñez, ICP – Instituto de Cultura Política
(31 de julio de 2015)
Mientras que para muchos peruanos esta frase puede ser categorizada de anti-patriota y causarle repulsión al más nacionalista, reflexionar sobre la misma resulta más provechoso.
Todo el pasado mes de julio, todos los años, todos los peruanos nos vemos obligados a colocar en el frontis de nuestros domicilios una bandera con los colores patrios conmemorando nuestra independencia. Lo que muy pocos recuerdan es que en este aniversario, hace 194 años, se comenzó a construir la República del Perú.
Hoy, casi 200 años después, el país sigue en edificación. Entre las graves enfermedades peruanas, las cuales han impedido que construyamos un país socio-económicamente saludable, se encuentran la criminalidad y la violencia, la corrupción sistemática dentro de las principales instituciones gubernamentales, la ineficiencia administrativa y operativa del sector público, la debilidad institucional, el incumplimiento de las leyes, el bajísimo nivel educativo entre otros.
Cansados de esta situación un cuantioso número de jóvenes peruanos ha decidido emigrar por la falta de oportunidades presentadas durante sus primeros años en el mercado laboral o por la falta de una perspectiva que vislumbrará algún cambio provechoso para ellos.
Siendo extranjeros estos jóvenes aprenderán que no hay nada gratis, ni fácil, pero que con mucho esfuerzo y dedicación podrán salir adelante. Vendrán al Perú cada cierto tiempo y seguirán viendo las mismas dolencias antes mencionadas, las cuales impiden terminar la obra en construcción que comenzaron sus antepasados hace más de 190 años sintiendo pena, dolor y frustración.
Pensarán que quizá algún día cuando ellos regresen a vivir al Perú todo se habrá transformado para bien. La verdad, es que se darán cuenta que muy pocas cosas han cambiado para mejor. Sin embargo estos jóvenes habrán ganado mucha experiencia siendo extranjeros y se habrán vacunado contra las enfermedades peruanas o curado de las mismas. Esta vez, tendrán que volver a batallar con mayor fuerza que antes para salir adelante, pero ahora no solo para ellos mismos, sino por el Perú que tanto quieren.