León Trahtemberg
Facebook, 22 de diciembre de 2016
¿Qué diferencia hace entre nacer el 1 de abril y el 31 de marzo? O -en la nueva ley de ingreso escolar prematuro- abarcar niños hasta el 31 de julio para tener la edad normativa cumplida, en vez de hacer el corte el 31 de marzo, que es el mes de inicio del grado?
1) Se podría preguntar igualmente ¿Y si nació el 2 de abril? ¿o el 3 ó 10 de abril?…, ¿Y porqué esperar a tener 18 años para sacar brevete o ser considerado mayor de edad? ¿Y por qué las categorías en los deportes que van por edades o pesos precisos? ¿Acaso no hay menores a la norma tan calificados como los que tienen la edad normativa?
Las sociedades marcan hitos numéricos no por su precisión para cada uno de los casos, sino por plantear un referente de madurez, experiencia o capacidades que con más frecuencia garantizan que la persona puede desempeñar las actividades aludidas. (El respaldo en sociedades maduras suele ser la evidencia científica acumulada más que la voluntad política de algún legislador). Siempre habrá excepciones para arriba y para abajo. Pero por eso es que para muchos casos se dan normas que benefician a la generalidad, pero cuando cabe se dejan abiertas opciones para casos especiales (por ejemplo que un menor de 18 pueda independizarse, o que un menor de 5 años pueda entrar a 1er grado) Pero no se debería normar para convertir las excepciones en la generalidad.
Como bien dice el experto Manuel Valdivia en su post, el aprendizaje de la lectura requiere un amplio desarrollo del lenguaje oral, que idealmente se logra hacia los seis a siete años (según las más sólidas evidencias científicas), particularmente si tuvieron una amplia y nutrida experiencia de educación inicial
A la vez el aprendizaje de la escritura (que es simultáneo con el de la lectura) requiere que el niño tenga las condiciones neuromotoras necesarias para una actividad sumamente compleja como esa, condiciones que se alcanzan hacia los siete años.
Por eso es que la mayoría de los países desarrollados incluyendo a los europeos del norte tan mencionados cuando se habla de la buena educación (Finlandia, Noruega, Suecia) inician el aprendizaje del sistema de lecto-escritura a los siete años.
Por otro lado, la razón por la que los niños tienen tantos problemas con el aprendizaje de las matemáticas y en particular el razonamiento matemático requerido para resolver problemas es precisamente la exigencia prematura que los lleva a intimidarse y mecanizarse para «defenderse» de lo que no entienden. El niño que no entiende memoriza, se mecaniza.
En suma, un niño puede leer a los 5 años o contar hasta 100 o hacer cálculos aritméticos, pero eso no significa que comprenda lo que hace ni que haya acumulado la suficiente experiencia concreta previa requerida para sentirse cómodo y exitoso en el aprendizaje de la lecto-escritura y matemáticas en primaria
2) Si el niño o la niña nacen el 31 de julio, tiene 16 meses de diferencia respecto a quien nace el 1 de abril del año previo. Ese espectro de 16 meses es muy significativo en la madurez de los niños de 3-4-5 y 6 años.
Si yo tuviera un hijo que nació el 1ero de abril (y más aún el 31 de julio), preferiría mil veces que espere al 1er grado del año siguiente para que llegue con más madurez, que empujarlo a que sea el menor en el grado en curso, con todos los riesgos que eso puede conllevar. Cuando los padres inscriben a su hijo o hija en un centro de educación inicial a los 3 años no pueden anticipar si será una de esas excepciones con altísimo nivel de madurez integral, o si se desempeñará como el común de los niños (la gran mayoría) que tienen la edad normativa para el grado. En mi opinión, lo responsable es ponerse en el caso más usual, es decir, no partir del principio que su hijo o hija será tan excepcional que requeriría estar en el grado previo. Con eso no pierde nada, pero gana mucho. Finalmente, si un niño excepcionalmente más maduro está en un salón de menores, no se perjudica porque la madurez «no se extingue», Podrá canalizar sus capacidades hacia otros fines personales, sociales o de aprendizaje diferenciado hasta que con el desarrollo se nivele con sus pares.
Pero si un niño inmaduro es presionado a participar de actividades propias de niños más maduros y aptos para la edad, se sentirá estresado, angustiado, afectado emocionalmente, se intimidará frente a los profesores y los compañeros, con consecuencias que pueden extenderse por toda su vida escolar. ¿Vale la pena?
(Nota: uso los términos genéricos «desempeño» y «madurez» por su valor ilustrativo coloquial, aunque para los académicos los términos correctos suelen ser otros´)