José Luis Najarro, Director de Management Consulting de KPMG en el Perú
Gestión, 1 de diciembre de 2016
Hoy estamos presenciando una ola de cambios tecnológicos denominada “la cuarta revolución industrial”, que a diferencia de las anteriores es más acelerada y está generando mayor disrupción. Esta innovación está afectando en varios aspectos a la sociedad, y en consecuencia algunas organizaciones ya están enfrentando el reto de adaptarse a la modernidad o desaparecer en los próximos años.
Según la última encuesta realizada este año por Harvey Nash / KPMG, existe un nuevo término para conceptualizar el cambio más importante en lo que a dirección en tecnología se refiere. Estamos hablando de un CIO (chief information o cer) creativo, un ejecutivo que no solo cubre las típicas funciones de un Gerente de Tecnología, sino que también encabeza la nueva revolución tecnológica y digital que ha tomado al mundo empresarial por asalto.
Este nuevo líder se encarga de poner la pauta sobre qué nuevos caminos debe emprender el directorio para optimizar los servicios y generar nuevas oportunidades de negocio basadas en tecnología. La encuesta señala que el 36% de los directorios o comités de gerencia están esperando que su gerente de TI sea quien lidere las nuevas estrategias digitales en el futuro, sin embargo solo el 31% de los consultados señala que tiene claro el proceso para dirigir la innovación que proponen sus áreas tecnológicas a través de toda la organización.
Asimismo, la encuesta de este año deja como una conclusión vital que el uso de la ‘nube’ ya no es opcional, sino mandatorio. Los servicios informáticos que provee Internet se encuentran en una tendencia al alza con límites insospechados. La ‘nube’ o los servicios en la Red son la locomotora a vapor de nuestra época, una herramienta que expande de manera constante los límites y las oportunidades que pueden alcanzar todas las organizaciones del mundo.
Son muchos los aspectos a tomar en cuenta para implementar un cambio exitoso a las nuevas estrategias tecnológicas. Sin embargo, a pesar de profundo y disruptivo, queda claro que es un camino sin vuelta atrás en el mundo organizacional y empresarial. El futuro que alguna vez se imaginó ya se encuentra en desarrollo.