Según estadísticas del BCR, en el segundo trimestre del presente año la inversión privada registró un crecimiento de -4% y la inversión pública de -4.5%. Denota así un proceso de virtual estancamiento de la inversión en el país. Si el actual ministro de Economía desea reactivar la economía, a la brevedad deberá tratar con estos dos problemas, que si bien tienen naturaleza diferente comparten algo en común: que en el corto plazo reactivan la demanda agregada y en el largo plazo aumentan el crecimiento potencial de la economía (oferta). Por ello, es muy importante restablecer el crecimiento de la inversión lo antes posible.
En esta oportunidad me voy a centrar en el tema de la inversión privada y su relación con el crecimiento económico.
La historia económica mundial muestra claramente que el componente más volátil del PBI en un ciclo económico es la inversión privada. Pero ese hecho no demuestra causalidad. Puede ser que la inestabilidad de la inversión privada cause el ciclo económico o que el ciclo económico sea el causante de la inestabilidad de la inversión. ¿Cómo será?
La ciencia económica no tiene una respuesta única a la pregunta. Como ocurre en otros ámbitos, diversos enfoques se contraponen, en especial aquel de raíces clásicas contra aquel de raíces keynesianas. Para la teoría clásica, la causalidad va de inversión a ciclo. ¿Por qué? Porque considera que las decisiones de invertir del sector privado están determinadas, en lo principal, por las expectativas que tengan respecto al futuro inmediato y mediato de la economía, incorporando no solo variables económicas sino también sociales, institucionales y políticas en tales decisiones. Es decir, las expectativas son la variable clave. Para que se entienda fácil voy a caricaturizar el argumento. Las recesiones (desaceleraciones) ocurren cuando el optimismo se vuelve pesimismo y provocan que la inversión se desplome. La recuperación ocurre cuando regresa el optimismo y la confianza al inversionista. Para la teoría keynesiana la causalidad es a la inversa. ¿Por qué? Porque considera que si los empresarios e inversionistas perciben que la demanda agregada (DA) actual y futura es adecuada para conseguir el pleno empleo tendrán incentivos de sobra para querer ampliar la capacidad productiva vía mayor inversión. Sería muy difícil que en una situación de recesión prolongada los inversionistas deseen invertir para hacer nuevos negocios o ampliar la capacidad existente.
Ambos enfoques generan recomendaciones de política económica diferentes. Para los clásicos, las autoridades económicas deben formular políticas de corto y largo plazo que restablezcan la confianza empresarial y del inversionista, de carácter tributario, crediticio, regulatorio, estructural, etcétera. Para los keynesianos, en una recesión lo primero que hay que lograr es aumentar la DA con política fiscal y/o monetaria convencional; el aumento de la inversión privada viene después. Desde mi punto de vista, considero que el enfoque de raíces clásico es más relevante para nuestro caso, aunque no veo obstáculo alguno para implementar los dos enfoques al mismo tiempo.