Jaime de Althaus
Para Lampadia
El llamado del presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, al gobernador regional del Cusco, Edwin Licona, instándolo a aplicar los descuentos de ley a los docentes que no asisten a clases, tiene algo de patético: pone de manifiesto la impotencia del gobierno central ante un proceso de descentralización que mella profundamente el carácter unitario del gobierno establecido en el artículo 43º de la Constitución.
Esto es algo que hemos venido reclamando desde hace mucho tiempo: una reforma de la descentralización que incluya la capacidad del Gobierno central de intervenir cuando un gobierno sub nacional desacata o no puede cumplir políticas, programas, o normas del gobierno nacional. De lo contrario, el proceso de descentralización lleva a la feudalización del país y se pierde toda capacidad de llevar adelante políticas sectoriales efectivas.
El caso más notorio fue el que se produjo hace unos años cuando el presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos, desconoció la autorización de operación del proyecto Conga llegando al extremo de financiar, con dinero del gobierno regional, movilizaciones contra ese proyecto. El gobierno nacional no tuvo manera de impedir esa acción ni de intervenir el gobierno regional.
La reforma de la descentralización debería abordar no solo la recuperación del carácter unitario del Estado, sino resolver el conjunto de deficiencias con las que nació y se desarrolló el proceso. Hay problemas de superposición de competencias y de incapacidad de gestión. Fue absurdo pretender que tendríamos la masa crítica profesional necesaria para replicar el gobierno central en 25 gobiernos regionales. El proceso de certificación de capacidades para asumir funciones y competencias nunca se realizó y, sin embargo, se transfirieron todas las competencias. Y la integración en un número menor de verdaderas regiones nunca se hizo.
Ni el gobierno ni el Congreso se han planteado ninguna de estas reformas. No están en agenda. La razón es obvia: no quieren problemas con las regiones. El presidente Kuczynski definió desde el comienzo de su gestión que su alianza sería con las Regiones. Pero esa alianza no ha servido de nada a la hora en que se requiere actuar contra una huelga magisterial organizada por facciones neo senderistas.
En lugar de la reforma de la descentralización, el gobierno optó por reformar el sistema de inversión pública creando el ‘invierte.pe’, y, sobre todo, por establecer los llamados Gore Ejecutivos, que son reuniones de ministros y funcionarios con gobernadores regionales en mesas sectoriales. Este mecanismo sin duda ha mejorado la coordinación para resolver cuellos de botella y problemas puntuales, pero, repetimos, no ha alcanzado para que el gobierno regional de Cusco descuente a los maestros en huelga y menos aun para que el gobernador se inhiba de darle reconocimiento oficial a un gremio posiblemente vinculado al Movadef.
Es hora de poner en agenda la reforma de la descentralización. Lampadia