Llegando a la mitad del gobierno del presidente Ollanta Humala, el primer ministro César Villanueva puede ser el hombre adecuado para poner segunda y retomar el ritmo de crecimiento y reducción de la pobreza. La única manera de salir del empantanamiento de las ridículas y pequeñas disputas y los grandes escándalos –sin dejar de investigar a fondo el más reciente– es poniendo la mirada nuevamente en qué es lo que tenemos que hacer para volver a crecer a 7% al año y reducir la pobreza 3 o 4 puntos anuales.
El talante de Villanueva puede servir para eso. Su discurso dio la sensación de un hombre que busca soluciones prácticas para romper los cuellos de botella y destrabar las decisiones. Posee una visión del desarrollo del interior del país y de la articulación entre grandes proyectos públicos y privados en ámbitos macrorregionales formando “polos de desarrollo”.
No cabe duda de que si el próximo año salen la ampliación de Toquepala –ya aprobada por las provincias que se oponían– y el proyecto Tía María –solo falta la audiencia final–, Las Bambas empieza a producir y se adjudican el gasoducto y el nodo energético, el sur se verá dinamizado como nunca.
En el centro empieza a operar Toromocho a fines de este año. Es la hora de plantear el túnel trasandino y la construcción de los tres extrapuertos al Callao propuestos por Juan de Dios Olaechea, y habilitar la “carretera azul” (el cabotaje), para aliviar y abaratar el acceso al puerto. Hay nueve hidroeléctricas esperando permiso. Para la Línea 2 del metro debe permitirse a los postores plantear alternativas más baratas y realistas, y debe iniciarse inmediatamente la convocatoria para la línea 3, que es la que cubriría la mayor parte de sedes de los Panamericanos como ha demostrado Raúl Delgado Sayán si queremos llegar a tiempo a este certamen.
En el norte la clave está en Conga. Si sale, se activan otras minas que en conjunto suman 20 mil millones y se reanima el proyecto del ferrocarril de Cajamarca a Bayóvar. Esto, sumado a los fosfatos, cinco centrales hidroeléctricas en el Marañón y la IIRSA Norte, transformaría por completo esa macrorregión.
Longitudinalmente tenemos varios tramos de doble pista en la Panamericana detenidos. Lampadia propuso que el presidente lidere personalmente cinco grandes proyectos. Villanueva podría tomar otros cinco. Gonzalo Prialé, presidente de AFIN, propone un plan de cinco años para cerrar la brecha de infraestructura de aquí al 2021 adjudicando APPs por 60 mil millones de dólares e impulsando iniciativas privadas (IP) en los gobiernos regionales y para los tramos de la longitudinal de la sierra, etc., con una reingeniería radical de los trámites y silencio administrativo positivo generalizado.
El primer ministro podría tomar la propuesta que hiciera la Confiep de una gran colaboración público-privada para sacar adelante los proyectos y mejorar los propios servicios públicos (educación, salud, seguridad). Y podría impulsar Sierra Productiva para convertir a los campesinos andinos pobres en empresarios no dependientes de ayuda estatal, y activar el mercado interno de paso. Son las cosas que puede hacer.
Publicado en El Comercio, 22 de noviembre de 2013