Había sido convocada, con quince días de anticipación, para hacerla coincidir con la Audiencia de Apelación de Goyo ayer. El objetivo era reunir una gran cantidad de campesinos de manera simultánea en las plazas de Cajamarca y Jaén, para presionar a la Sala de Apelaciones, en el entendido que la detención preventiva de Santos conducía a su victimización y que era más conveniente ponerlo en libertad.
Con esos objetivos el MAS ha desarrollado un intenso trabajo propagandístico durante quince días, sumando recursos humanos y logísticos considerables. Ha sido “su mejor esfuerzo”.
Pero los objetivos trazados no se han cumplido. En Jaén, presuntamente la base política de Santos, no se registró ninguna movilización y en Cajamarca se reunieron, fríamente calculadas, alrededor de 1,000 a 1,200 personas, unos ochocientos campesinos y el saldo militantes urbanos del MAS y trabajadores del Gobierno Regional. Una concentración en realidad mínima, en relación al objetivo trazado y los recursos utilizados.
La población urbana se ha mostrado indiferente ante la manifestación; el transporte, los colegios, el comercio y los servicios públicos han funcionado normalmente en toda la ciudad.
Un piquete de aproximadamente 30 personas conducidas por Jorge Spelucín, el más calificado detractor de Patria Roja al interior del SUTE, ha protagonizado una especie de contramanifestación, se ha desplazado por la plaza, exhibiendo un cartel en que se denuncia a la “mafia roja” (referencia a Patria Roja) encabezada por Santos y supuestamente responsable de los actos de corrupción existentes en el Gobierno Regional. Petronila Vargas, una campesina de San Ignacio que acusa a Santos de secuestro, violación y asesinato, se ha encadenado en el atrio de San Francisco con un cartel denunciando a Goyo y exigiendo que permanezca encarcelado.
En esas condiciones la manifestación se ha realizado de manera rutinaria: se han transmitido mensajes grabados del propio Santos y de Isaac Humala, emitidos respectivamente en Lima y Piedras Gordas. Y han intervenido físicamente el congresista Rimarachín, el nuevo líder de Patria Roja Porfirio Medina y la señora madre del encarcelado Presidente Regional.
La manifestación ha terminado con un “Concierto por Goyo”, un espectáculo musical con intervenciones de Margot Palomino, Ulises Humala y el grupo folklórico local “Los Hermanos Sánchez”. Alrededor de las dos de la tarde, los manifestantes se han retirado paulatinamente de la plaza.
Así descrita, la movilización de ayer acredita la debilidad política del MAS: en un momento crítico, pese a los esfuerzos logísticos y humanos aplicados durante más de quince días, el MAS no ha logrado convocar una manifestación capaz de impactar políticamente sobre la magistratura de la capital. De esto modo, la “teoría de la victimización” ha quedado también descalificada.
LA ALIANZA ENTRE ARANA Y GOYO.
Para las diferentes fracciones de la izquierda cajamarquina, la campaña electoral regional y municipal es un episodio previo a las elecciones del 2016. Quien obtenga una hegemonía, por parcial que pueda ser en Cajamarca puede aspirar a encabezar una hipotética Izquierda Unida en las elecciones nacionales del 2016. Ese es el “leitmotiv” de la conflictiva y poco comprensible relación entre Marco Arana y Gregorio Santos o si se quiere entre el Frente Amplio y el MAS, a su vez un apéndice político de Patria Roja.
En mayo de este año poco antes del enjuiciamiento de Santos, Marco Arana concedió una meditada entrevista a IDEËLE Radio. Señalaba que, para derrotar a los candidatos del fujimorismo y las mineras, era necesario buscar un candidato adecuado y unitario. Advertía que Santos estaba en peligro de ser encarcelado por corrupción, lo que iba a facilitar una derrota electoral para el movimiento popular. En ese sentido Arana pedía que Santos “diera un paso al costado” y, en la entrelinea, se ofrecía para asumir la candidatura de una izquierda unificada al Gobierno Regional.
La respuesta de Santos fue negativa: “nadie le señala la agenda al MAS” ya que su candidatura había sido definida en elecciones internas.
Al conocerse, ya en junio, el enjuiciamiento de Santos, Arana cambio su estrategia: expresó su solidaridad con Santos, proclamó su apoya a esa candidatura ya agonizante y el cinco de junio se presentó en un mitin junto al Presidente Regional, expresando su solidaridad con este.
En las semanas previas a la detención de Santos, se desarrollaron en Cajamarca silenciosas negociaciones entre el MÁS y Tierra y Libertad –Frente Amplio, para presentar una lista unitaria, con Marco Arana postulando a Presidente Regional y llevando como vice Presidente al secretario general clandestino de Patria Roja en Cajamarca, Porfirio Medina. En ese lapso, Arana mantenía “en cartera” la posibilidad de lanzar su propio candidato, Nicanor Alvarado.
Pero el 23 de junio, cuando ya se consideraba como inminente la detención de Santos, el MÁS, en buena cuenta Patria Roja rompió las negociaciones con Arana e inscribió unilateralmente la candidatura de Santos, siempre llevando como candidato a la vice presidencia al “apparatchik” y hombre clave de la coyuntura actual, Porfirio Medina. De este modo Patria Roja estaba “quemando sus naves”: el partido prefirió encapsularse electoralmente en sus propias fuerzas antes que ceder ese espacio a Arana: ya se sabe que en la izquierda, el “enemigo principal” es el más próximo ideológicamente. Esa es la lógica de conflicto que anima a ambos actores.
Después de la detención de Santos, Arana retiró la candidatura de Alvarado y anuncio su “apoyo incondicional” a la candidatura del encarcelado Presidente Regional. Pero sus declaraciones son elípticas y, en buena cuenta condenatorias. Arana, en reiteradas ocasiones ha declarado que Santos es víctima de una persecución política. Pero -repite metódicamente- existen graves indicios de corrupción en el Gobierno Regional y en todo caso Santos debe ser juzgado según las pruebas existentes y de acuerdo al “debido proceso”. Arana ha dicho además que, en política “no pone las manos al fuego por nadie”.
Arana no ha presentado un candidato propio a Presidente Regional: no puede hacerlo, porque sería acusado de divisionista, sobre todo en la escala nacional. Pero el Frente Amplio que encabeza Arana está postulando sus propios candidatos para competir con los candidatos del MÁS en provincias clave como Celendín, Bambamarca y San Ignacio, donde espera obtener victorias parciales.
Ayer Arana no se presentó en la manifestación de solidaridad con Santos realizada en la plaza de armas. Prefirió evadir el compromiso y asistió más bien a una presentación pública del Frente Amplio en Chiclayo. Si Arana quisiera efectivamente apoyar a Santos, podría desarrollar un activa campaña de solidaridad a través de las numeras ONG de Derechos Humanos que encabeza Rocío Silva Santisteban. Pero Silva, una activista cajamarquina y vinculada personalmente a Arana no ha movido una sola ficha a favor de Santos.
En resumen la alianza entre Arana y Santos es ficticia y está destinada al consumo externo. En realidad, Patria Roja y Tierra y Libertad protagonizan una lucha encarnizada pero silenciosa, que solo se puede entender dentro de los códigos y procedimientos característicos de la izquierda.