¿Acaso una de las estrellas de Latinoamérica está perdiendo un poco de su brillo? En medio de términos de intercambio en deterioro y una esperada menor producción en la minería y la pesca, el banco central peruano parece pensar que sí, al menos por ahora.
En su último informe trimestral, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) redujo su pronóstico de crecimiento del PBI este año al 4,4 %de su cálculo anterior de 5,5%. La proyección para el próximo año también se ha revisado a la baja, a un 6% de un 6,7%.
Su pronóstico para el dé?cit en cuenta corriente del Perú este año se amplió de 4,3% del PBI al 4,8%, con un dé?cit comercial visto ahora en US$ 2,6 mil millones, en comparación con US$ 945 millones. Además, se espera un dé?cit de US$2,2 mil millones cuando antes se había previsto un superávit de USD$263 millones.
La economía del Perú ha crecido un 6,7 u 8% en los últimos años, en parte impulsada por la demanda asiática de su exportación de commodities, especialmente de cobre y oro, y por un aumento de la demanda interna de su emergente clase media.
Sin embargo, el crecimiento se ha reducido por menores ingresos provenientes de la exportación de minerales debido a precios más bajos, una menor demanda y una producción más débil. El crecimiento del PBI fue del 5,8% el año pasado, pero entre enero y mayo, la tasa cayó al 3,6% en comparación con el mismo período del año pasado. Este mes, el banco sorprendió a los analistas al reducir su tasa de interés de referencia en un intento por estimular el crecimiento.
Esto proviene del Bank of America Merrill Lynch: “El BCRP espera una recuperación de hasta el 6,0% y un crecimiento del 6,3% en el 2015 y el 2016, respectivamente. Por el contrario, vemos un crecimiento del 4,1% en el 2015 y que converge hasta alrededor del 4% a largo plazo. Como hemos enfatizado anteriormente… Consideramos que el Perú es incapaz de mantener un crecimiento en o por encima del 6% en un entorno externo menos favorable que el que enfrentó durante la última década…”
Creemos que una visión quizás excesivamente optimista sobre el crecimiento potencial está llevando a las autoridades a reaccionar ante una desaceleración estructural con una respuesta de política anticíclica. También vemos las recientes decisiones políticas como el re?ejo de una preocupación por el riesgo de que la actividad pudiera desacelerarse aun más de lo que ya ha hecho.
La desaceleración está apareciendo en los sondeos de opinión. Los índices de aprobación del presidente Ollanta Humala son los más bajos durante sus tres años de mandato. Este mes el Congreso peruano aprobó un paquete de estímulo económico del gobierno destinado a eliminar los bloques estructurales para el crecimiento. Sin embargo, Capital Economics, entre otros, se muestra escéptico, pues advirtió en una nota a principios de julio:
“El hecho de que el gobierno peruano haya respondido a un menor crecimiento económico con reformas en lugar de un gasto populista es algo positivo. Sin embargo, no creemos que ofrezca el gran impulso al crecimiento que las autoridades esperan. En consecuencia, mientras que el gobierno espera que el crecimiento regrese a un 6 o 7%, consideramos que este quedará estancado en un 4 o 5% en los próximos años”.
Este mes Humala anunció planes para nuevas reformas que probablemente incluirán incentivos para inversión en la minería, la que proporciona alrededor del 60% de ingresos de exportación. El presidente declaró a Reuters: “Perú tiene fundamentos sólidos no solo para aprobar estas medidas y dinamizar la demanda y la oferta interna, sino también para seguir avanzando de manera que podamos superar esta desaceleración lo más pronto posible”.
Ahora todos los ojos estarán en el discurso anual a la nación que el presidente dará el próximo lunes.