Ante el eventual gobierno de PPK, se viene discutiendo en los programas políticos cómo se debe enfrentar el gobierno y estructurar el primer gabinete de ministros.
En estos diálogos se puede apreciar que se va formando una suerte de consenso sobre la supuesta necesidad de tener un gabinete multipartidario que incorpore a los representantes de los partidos menores, aquellos que no llegaron a la segunda vuelta y, que en su mayoría suscribieron propuestas anti sistema, anti modelo e incluso anti Constitución de 1993.
En las siguientes líneas presentamos tres conceptos que nos llevan a pensar en la inconveniencia de semejante desarrollo.
Primera Objeción
El voto programático de la población, expresado en la primera vuelta electoral, estableció que la gran mayoría de los peruanos (80%) consideraba necesario ‘seguir construyendo sobre lo avanzado’. En otras palabras, se rechazaron los anti modelo, el cambio de Constitución, etc. Ver el editorial de Lampadia del 11 de abril pasado: El 67% de los peruanos votaron por construir sobre lo avanzado.
Segunda Objeción
Los peruanos necesitamos emprender un gobierno extraordinariamente bueno. Nuestras agendas pendientes son inmensas y difíciles de lograr. Para acercarnos al éxito se requiere un gobierno con acumen (perspicacia, agudeza y sagacidad). Se requiere un liderazgo muy claro y definido y equipos de gobierno completamente afiatados.
Como hemos comentado en múltiples ocasiones, hasta ahora no hemos logrado cerrar las brechas económicas, sociales, institucionales y de infraestructuras que nos dejaron las aciagas tres décadas que terminaron a principios de los años 90.
Además de este gran reto de cerrar brechas tan importantes, ahora se nos ha sumado el tener que enfrentar con éxito las oportunidades y amenazas de la ‘cuarta revolución industrial’. (Ver material ilustrativo sobre el tema en nuestra biblioteca virtual: Revolución Tecnológica).
Este nuevo reto, por sí mismo, es inconmensurable, aunado al de tener que cerrar las brechas del pasado, nos ponen por delante una terea de gobierno muy difícil si lo que buscamos es llevar a nuestra población, incluidos nuestros pobres, al mejor estándar de vida global y no solamente sobrevivir otros cinco años empantanados en la mediocridad.
Tercera Objeción
Esta última atingencia es de corte conceptual y se basa en los consejos de Karl Popper, que reproducimos en Lampadia hace unos meses. (Ver: Los fundamentos de una democracia efectiva – The Economist: Artículo de Karl Popper (republicado)).
Popper nos dice: “(…) un gobierno de coalición permite, muy a menudo, que los partidos pequeños ejerzan una influencia desproporcionadamente grande y con frecuencia decisiva, tanto en la formación como en la disolución de un gobierno y por lo tanto, en todas sus decisiones. Y significa la dilución de las responsabilidades, ya que en un gobierno de coalición la responsabilidad de todos y de cada uno se ve reducida”.
Conclusiones
Ojalá el eventual gobierno de PPK se imbuya de luces y la fuerza necesaria para establecer un gobierno con una personalidad muy clara, un sentido de misión y de urgencia evidentes en todos sus actos y, se rodee de gentes que no resten o disocien, de gentes que sumen, sumen y sumen.
Lampadia