Editorial
La crisis política que se ha profundizado durante los últimos meses, está llegando a niveles muy peligrosos para la vida nacional. Las recientes revelaciones sobre las supuestas relaciones del Presidente Pedro Pablo Kuczynski con Odebrecht, son suficientemente graves en sí mismas como para que, además, los representantes de Fuerza Popular agreguen expresiones que solo exacerban los ánimos.
Fuente: elpais.com
Los momentos difíciles de una nación deben llamar a las reservas de grandeza que todos tenemos. En un momento de crisis, especialmente, en la política, se deben prender luces y no buscar réditos propios.
Es muy claro que el Presidente tendrá que aclarar su situación con el máximo esfuerzo de responsabilidad y consecuencia. Los peruanos debemos esperar sus palabras con tranquilidad.
Por otro lado, no se entiende que los voceros de Fuerza Popular (como los congresistas Becerril y Salaverry), se multipliquen en insultos y declaraciones destempladas, en vez de aprovechar la oportunidad para mostrar algo de grandeza.
Este último evento se presenta como una cereza negra de un postre agrio. En las recientes semanas se ha desatado una guerra de todos contra todos. El único poder del Estado que no estaba en la lucha era el Poder Electoral, pero justo ayer entró a los medios reclamando los recursos que el Congreso no les había facilitado.
Este es un momento para respirar hondo, para ponderar, para dar un buen ejemplo, y, sobre todo, para ¡GRANDEZA!
Lampadia