Aunque la izquierda tradicional no reconozca el progreso en términos de bienestar que ha experimentado el Perú a partir delas reformas (aun parciales) que impulsaron la economía de mercado, en la actualidad la clase media consolidada en el Perú ya bordea el 40% de la población, según el de acuerdo al reporte del prestigioso banco internacional HSBC. (Esta cifra no incluye lo que el Banco Mundial, el BID y la consultora Arellano Marketing consideran “clase media emergente”). El informe Consumer in 2050: The rise of the EM middle class (“El consumidor del 2050: La aparición de la clase media en los países emergentes”) remarca el excelente potencial que tiene la economía peruana para ser la estrella del crecimiento en América Latina, al identificar al Perú entre los países de “alto crecimiento” junto a India, China, Malasia y Filipinas, entre otros, llegando al 2050 a ubicarnos entre las 26 economías más grandes del planeta.
De acuerdo a las proyecciones del HSBC, al año 2030 el Perú contará con el 70% de su población ubicada en la clase media consolidada, y un 10% en el grupo de altos ingresos, igualando a Chile y superando ampliamente a Colombia, que tendría solo al 50% de su población en los grupos de ingresos medios y altos. En términos de población, esto significa que 12 millones de peruanos ingresarían al grupo de personas que reciben ingresos medios y altos. Asimismo, el informe destaca que para el año 2050 el progreso permitiría que el 50% de la población se ubique en el grupo de ingresos medios mientras que el 40% de los peruanos estarían ya dentro del grupo de ingresos altos.
El HSBC explica que estos resultados se conseguirían a partir de un crecimiento promedio del producto que bordearía el 5.5% anual para el caso del Perú, una estimación superior a la proyectada para Colombia (4.2%), Brasil (2.9%), y Argentina (3.1%). Esta proyección toma en cuenta el estado actual del desarrollo, así como el potencial económico del país y las características fundamentales necesarias para converger con los países del mundo desarrollado. En un documento previo del mismo HSBC, “The World in 2050”, se vincula este potencial del Perú a la estructura de nuestra población para las próximas décadas y a la necesaria priorización política sobre los temas de educación, instituciones e infraestructuras.
Sin embargo, no se debe perder de vista que estas proyecciones toman como supuesto que los sucesivos gobiernos continuarán apoyando reformas de mercado para fomentar el comercio y la inversión privada. En esta línea, sería un error que el Gobierno de turno se duerma en la complaciente autosatisfacción que muestran los buenos resultados obtenidos a la fecha, postergando las reformas esenciales indicadas más arriba, necesarias para cerrar brechas, fortalecer el capital humano y mejorar la competitividad de la economía. En este sentido, resulta fundamental romper con el “piloto automático” con el objetivo de cimentar los fundamentos del desarrollo de largo plazo, y reducir drásticamente la probabilidad de que un niño nacido en un hogar pobre continúe en situación de pobreza al llegar a la adultez.
Así, resulta mezquino que un peronista como Guillermo Giacosa, en su columna del jueves 14 de agosto considere “una mentira evidente” que el camino escogido por el Perú es el correcto, cuestionando el crecimiento de la clase media en el Perú, algo que es claramente reconocido por instituciones de prestigio internacional como el HSBC, el Banco Mundial y el BID, que no guardan ilusiones románticas sobre el enorme potencial de crecimiento de nuestro país.
El desarrollo reciente del Perú es obra de millones de peruanos trabajadores y creativos que se han volcado a la creación de riqueza, apenas se dieron las condiciones adecuadas. Este proceso no puede parar, no debiera ser negado por criterios ideológicos. Estamos obligados a desarrollar todo nuestro potencial, es una exigencia silenciosa de todos nuestros hijos.