En anteriores artículos hemos resaltado los grandes avances económicos y sociales que hemos logrado en los últimos 20 años, avances que se sustentan en cifras concretas que nadie las puede negar. (Ver Hagamos el balance de lo avanzado y miremos al futuro).
El crecimiento económico, el nivel de inversión privada, la reducción de la pobreza, la desigualdad, la desnutrición y la mortalidad infantil; el aumento sustancial de los ingresos y del empleo adecuado, con una mejor distribución de ingresos y empleo a lo largo y ancho del país, y la multiplicación por siete del crecimiento de los ingresos en la sierra rural, son indicadores seriosque han hecho que el país sea reconocido internacionalmente como una “estrella en ascenso”.
Sin embargo, debemos ser conscientes que el Perú tiene todavía un largo camino por recorrer, debido a que los daños generados por las erradas políticas de los 60, 70 y 80 fueron muy profundos y aún estamos recuperándonos.
Gracias a lo avanzado es que ahora podemos concentrarnos en la agenda pendiente, pues contamos con mejor capacidad de recursos para enfrentarla. No hacerlo sería inmoral.
La agenda pendiente debe enfocarse en lograr un Estado que funcione y una economía más competitiva, como hace poco manifestó en Lampadia Gianfranco Castagnola, presidente ejecutivo de Apoyo Consultoría.
El banco global HSBC en su publicación “The World in 2050” (“El mundo en el 2050”) indica que el Perú puede ser uno de los países que más crezca durante los próximos cuarenta años, alcanzando el lugar 26 entre las economías más grandes del planeta mediante un crecimiento del PBI de 5.5% como promedio anual.
Para su análisis, el HSBC ha considerado el perfil de la población, la demanda de commodities y otros factores como el promedio de años de educación, la esperanza de vida al nacer, la fertilidad, el imperio de la ley, el nivel de consumo del Gobierno, el índice de democracia y la tasa de inflación.
Del análisis del HSBC se puede decir que esta oportunidad se basa en dos factores estructurales y cuatro de coyuntura. Los estructurales se dan más allá de nuestras acciones y los coyunturales dependen de nuestro manejo.
En lo estructural están la demanda global de los commodities que deberían ofrecernos buenos niveles de precios, y el perfil de nuestra población, en el que la relación de nuestra PEA (población económicamente activa) al total de la población es muy alta y por lo tanto nos ofrece una buena base de crecimiento.
Entre los factores de coyuntura, tenemos aquellos que debemos manejar con destreza, como la mejora de la educación, el desarrollo de infraestructuras, un buen clima de inversión y el fortalecimiento de nuestras instituciones. En estos cuatro temas debiéramos centrar el debate sobre nuestras acciones futuras.
Nuestro bienestar general demanda una verdadera revolución en el tema educativo.
La brecha en infraestructuras también es alarmante, se calcula en alrededor de US$ 88,000 millones.
En el clima de inversión estamos retrocediendo. Las asonadas político-sociales anti-mineras y anti-inversión privada en muchas regiones, han alcanzado niveles de sedición.
La debilidad de nuestras instituciones es una nítida amenaza al crecimiento.Necesitamos contar con un Sistema Judicial eficiente y moderno, crear partidos políticos que representen a la mayoría de la población, reformar el Estado hacia el servicio de los ciudadanos, con eficiencia, vocación de servicio y una acción ética.Garantizar el equilibrio de poderes y la libertad de prensa.
En los próximos días estaremos abordando cada uno de estos temas y fomentando un debate al respecto.
The World in 2050 – Global Economics January 2012 HSBC