A Colombia, no solo le está yendo bien en el fútbol, su economía está teniendo un desempeño espectacular. Días atrás, el diario económico colombiano, La República (LR), anunció: “el Dane [símil del INEI] reveló que el PBI de Colombia creció 6.4% en el primer trimestre de este año, en comparación con la expansión de 2.6% registrada en el mismo periodo de 2013. El incremento entre enero y marzo no se registraba desde los primeros meses de 2007. El crecimiento superó las expectativas del mercado, que de acuerdo con un sondeo LR apuntaban a que la expansión iba a ser de 5%, aunque con riesgos al alza, pues había analistas que proyectaban un incremento de hasta 5.7%”.
Esto demuestra que Colombia está creciendo por encima de su potencial, lo cual es extraordinario. Como ha señalado, al respecto Roberto Abusada “Colombia tiene un potencial de crecimiento de 4%, pero espera crecer este año más de 5% (creció 6,4% en el primer trimestre). El Perú, en cambio, según el BCR, tiene un potencial de crecimiento de 6%, pero este año con suerte crecerá 4%” (Ver: Vacas flacas, vientos en contra y cuentos chinos).
Como se puede ver, el crecimiento colombiano sorprendió a propios y a extraños, especialmente porque este salto se ha dado en medio de un proceso electoral más que complicado.
Sin duda, Colombia viene cosechando los beneficios de su proceso de pacificación, imprescindible para que la inversión privada empiece a impulsar el crecimiento: Se controló a los cárteles de la droga, se eliminó a los paramilitares y se ha reducido considerablemente la capacidad operativa de las FARC.
Este año, Colombia superará el crecimiento de sus pares regionales, pues de acuerdo con los datos revelados por las autoridades de cada país, Chile espera un 2.6%, México 1.8%, y el menos de 5%.
Este éxito colombiano se ha conseguido, según JP Morgan porque ha captado más inversiones. Además Colombia tiene una menor exposición a los commodities, a China y por el aumento de la demanda de papeles (especialmente acciones) de inversionistas extranjeros.
Los inversionistas ven con buenos ojos el proceso de paz con las FARC en el que se halla comprometido el gobierno y que ha sido elogiado por líderes de la talla de Tony Blair. Pero especialmente por la gran cantidad de APP en infraestructuras que serán adjudicadas hasta diciembre.
Otro factor importante ha sido el buen comportamiento de la inversión privada, especialmente por el mayor ingreso de recursos de Inversión Extranjera Directa, por lo cual estarían esperando un nivel de inversión sobre producto del orden de 30%.
Y es que el clima de inversiones en Colombia ha mejorado muchísimo, desatando la confianza de los colombianos en su futuro, como no la tenían por muchos años. En eso ha tenido mucho que ver su gobierno. No solo por las negociaciones de paz, sino por su apuesta por la inversión privada y la convergencia de los mensajes del propio gobierno. “Tanta inversión como sea necesaria y el menor estado que se requiera”, ha señalado ahora su reelecto presidente, Juan Manuel Santos, en un clarísimo mensaje. Algo muy similar al lema de Neranda Modi, el flamante Primer Ministro de India: “No red tape, only red carpet for investors” (alfombra roja para las inversiones). Lampadia